El feminismo interseccional nos ayuda a entender cómo los diferentes tipos de desigualdad, como el racismo, el sexismo, el capacitismo y el clasismo, a menudo funcionan juntas y se exacerban entre sí
Ante un panorama en el que las comunidades más pobres son las que más sufren los desastres climáticos; en el que el racismo y la discriminación aumentan de manera dramática, y tanto la retórica antiderechos como la misoginia en línea se siguen propagando, queda claro que la igualdad aún está fuera del alcance para demasiadas personas. El mundo puede ser un lugar abrumador y repleto de injusticias superpuestas. ¿Cómo podemos encontrar sentido a todo esto y cómo podemos defendernos?
El feminismo interseccional ofrece una perspectiva. Nos ayuda a entender cómo los diferentes tipos de desigualdad, como el racismo, el sexismo, el capacitismo y el clasismo, no solo existen uno al lado del otro, sino que a menudo se superponen y agravan.
¿Qué es el feminismo interseccional?
El término fue acuñado por la académica jurídica Kimberlé Crenshaw en 1989. Crenshaw define así la interseccionalidad: “Un prisma para ver cómo las diversas formas de desigualdad a menudo funcionan juntas y se exacerban entre sí”.
“No todas las desigualdades se crean de la misma manera”, afirma. “Tendemos a hablar de la desigualdad racial como un factor independiente de la desigualdad de género, de clase, por motivos de sexo o de la condición migrante. Lo que suele omitirse es que a algunas personas les afectan todas, y la experiencia no es solo la suma de las partes”.
En pocas palabras: no todas las desigualdades se experimentan de la misma manera. Una mujer negra, una adolescente trans o una persona migrante con discapacidad pueden enfrentarse a una discriminación que concierne a todos los aspectos de su identidad, no solo uno.
El feminismo interseccional coloca esas realidades en el centro. Nos obliga a escuchar a las personas que se enfrentan a múltiples formas de opresión y a construir soluciones que reflejen el panorama completo.
En un primer acercamiento, podría parecer que algunos desafíos, como la violencia contra las mujeres, la injusticia ambiental o la discriminación, no tienen relación entre sí. No obstante, el feminismo interseccional nos demuestra lo contrario. Nos brinda un marco para dar respuesta a todas las formas de opresión a la vez, siempre que pongamos a las mujeres más afectadas por los distintos tipos de opresión en el centro y generemos movimientos que no dejen a nadie atrás.
El feminismo interseccional es más que una lente. Para muchas personas puede ser un salvavidas. Es un llamado a la acción y a que nos concentremos en las respuestas orientadas a quienes se ven más afectadas por las crisis y la desigualdad. El feminismo interseccional nos interpela para que podamos profundizar y construir movimientos que impartan justicia por y para TODAS las mujeres y niñas.
Fuente: OnuMujeres
Foto: Tima Miroshnichenko