La casi nonagenaria maestra boliviana Berta Suárez -la Señorita Berta- logró, en la década de 1970, la construcción de un establecimiento de educación pública preescolar
Se trata del Kínder Número Cinco, ubicado en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra -la capital del oriental departamento (provincia) de Santa Cruz, a su vez fronterizo con Brasil, al este, y con Paraguay, hacia el sur-.
Al dar a conocer la gestión profesional de Suárez, el diario cruceño El Deber, indicó que, por sus características personales, la docente -quien se desempeñó como maestra de música- “es de esas personas conocidas como medicina”.
La educadora, actualmente de 87 AÑOS, “se jubiló en 1990, luego de enseñar música por 16 años en el colegio Obispo Santistevan, y ser directora del que fuera el Kinder número 5, que hoy lleva su nombre en el turno de la tarde”, agregó el periódico, en la nota informativa que publicó el 17 de octubre.
“Fue construido gracias a ella, que hizo las gestiones ante el entonces presidente Hugo Banzer, y llegó a mandarle una carta pidiéndole la obra, y yendo a La Paz (la capital nacional) a insistir, hasta que su anhelo se cumplió, casi un año después”, relató el medio de comunicación.
El Deber hizo así eufemística alusión al sanguinario y corrupto dictador militar quien gobernó, como tal, durante el período 1971-1978.
Banzer llegó al poder mediante el cruento golpe que -con apoyo de Estados Unidos- derrocó al general Juan José Torres -el militar izquierdista de ascendencia indígena aymara, popularmente conocido como “Jota Jota”, quien fue asesinado en 1976, en el exilio, en Buenos Aires, la capital argentina-.
A su vez depuesto en 1978 por el general Juan Pereda -cuya dictadura duró apenas cuatro meses-, Banzer regresó al poder, mediante elección, en 1997, habiendo renunciado -por razones de salud- en 1971 -un año antes de fallecer-, siendo sucedido por su vicepresidente, Jorge “Tuto” Quiroga.
En alusión a la tenacidad de Suárez para lograr la construcción del centro educativo cruceño, citada en la nota de El Deber, una de sus hijas aseguró, en tono de broma, que la docente, “cuando quiere (algo), es como una pulga en la oreja”.
Respecto a su labor educativa, la Señorita Berta aseguró, al periódico, que “mi vida siempre estuvo rodeada de niños, y a todos los he amado”.
“Por eso, ellos me quieren”, reflexionó, a continuación.
Entre los ex alumnos entrevistados por el diario, para dar testimonio del trabajo de la maestra, Carlos Valverde aseguró que “debe ser la profesora que más he querido, porque es a la que más recuerdo”.
Al admitir que era un niño hiperactivo, quien, por ello, generaba situaciones complejas, a quienes eran sus docentes, Valverde relató que Suárez siempre le tuvo paciencia.
El ex escolar señaló que la actitud de la educadora obedecía a “ser parte del coro (escolar), o por ser primo del sobrino carnal de la maestra”.
Pero “su cariño era hacia mí”, reveló, para agregar que “ella toleraba mi inquietud, y me trataba bien”.
“Eso hizo que tenga un cariño especial por ella, hasta ahora”, expresó, además de reflexionar -a manera confesión retroactiva- que “yo no era un ángel, es cierto”.
“De ahí que tenga tanto cariño por la Señorita Berta”, dijo Valverde, quien relató que, cada 6 de junio celebra el cumpleaños de su educadora -a quien aludió, usando el título “Señorita”, con el cual los escolares, en varios países sudamericanos, se refieren a sus maestras-.
También indicó que promociona los textos pedagógicos de los cuales Suárez y una colega son coautoras, actividad que emprendieron después de haberse jubilado (pensionado).
En materia de celebración cumpleañera, Carlos Hugo Molina, otro ex alumno, relató que, este año, llevó serenata a su maestra.
Molina describió a Suárez como una docente caracterizada por ser, además de profesional, sensible respecto a la naturaleza de cada alumno.
En ese sentido aseguró que, como maestra de música, “mientras todos los profesores impartían conocimientos, a ella le tocó descubrir lo que teníamos dentro”.
Foto: 周 康