Kolinda Grabar-Kitarovic, primera presidenta mujer de Croacia, figuró recientemente en varios medios de comunicación por su apoyo al equipo de su país en el Mundial.
En el marco del pasado Mundial de Futbol 2018, esta mandataria de 50 años destacó por su buena actitud y profesionalismo: se ha hablado de que pagó de su bolsillo el viaje (en clase de turista) a Rusia para ver la final; descontó de su salario los días que asistió a Rusia, además de haber sido referida como una mujer adorable, bella, madre de familia y amante del deporte.
Kolinda es la presidenta de Croacia desde el año 2015. Es licenciada en inglés, español y literatura, y habla 4 idiomas. En 1993 se unió al partido conservador Unión Democrática Croata y en el 2005 se convierte en Ministra de Asuntos Exteriores y Europeos. En el 2008 ocupó el cargo de embajadora de Croacia en Estados Unidos y entre el 2011 y el 2014 fue la subsecretaria general de diplomacia pública de la OTAN.
Con las recientes noticias acerca de su notable buena actitud como fanática del equipo de su país, las críticas negativas tampoco hicieron falta, pues como nada en esta vida es perfecto, muchos la acusan de populismo, ya que las elecciones en Croacia están cerca. También, muchos otros señalan su política nacionalista, que reforzó leyes anti-inmigratorias y políticas contra los refugiados, así como su relación con personas acusadas de corrupción.
Croacia muy recientemente reformó la Ley de Extranjería, que prohíbe brindar necesidades básicas (vivienda, salud, alimentación) a los refugiados, además de haber promovido otros proyectos de ley orientados a restringir la inmigración.
Ya sea como fanática del futbol, como presidenta ejemplar, o como una mandataria más del montón, no cabe duda de que Grabar-Kitarovic destacó entre un mar mediático enfocado en gritar el gol.