En la especie humana los casos de pene cautivo han sido descritos en muy contadas oportunidades en la historia, y en todas ellas nunca fueron científicamente documentados.
Penis captivus o pene cautivo es un hecho poco habitual en las relaciones sexuales cuando los músculos de la vagina abrazan en la parte de abajo al pene mucho más firme de lo habitual por lo que es imposible que el pene se retire de la vagina. Según un artículo de 1979 en el British Medical Journal, esta condición no se conocía en el siglo XX.
El Pene cautivo ocurre en algunos animales como los canes como un mecanismo de perpetuación de la especie y en los cuales existe un bulbo copulador encargado de aumentar el tiempo de la cópula.
No hemos encontrado evidencia de similar mecanismo en los primates, la especie más relacionada con los humanos. Ya en la especie humana los casos de pene cautivo han sido descritos en muy contadas oportunidades en la historia, y en todas ellas nunca fueron científicamente documentados.
Los pocos casos hasta la fecha han sido anecdóticos, y generalmente asociados a situaciones religiosas (parejas atrapadas en o cerca de lugares sagrados), crisis de pánico o relaciones extramaritales.
En la Revista Británica de Medicina existe un artículo al respecto, tachándolo de leyenda, y sólo una nota científica al respecto en la misma fuente, sin haber sido corroborada adecuadamente.
El espasmo relacionado al vaginismo que puede ser causal de esta noticia, si bien está médicamente documentado y generalmente está acompañado de gran dolor, impide la relación sexual y de darse durante esta, el pene reacciona tornándose flácido, lo que facilita su retiro.
Afortunadamente, el pene cautivo es muy raro en los seres humanos y han habido muy pocos casos verificados medicamente en que las parejas han necesitado atención médica, gracias a que la mayoría de las veces la situación se resuelve por sí sola en pocos minutos.
Científica y medicamente hablando, hasta la fecha no existe ningún caso debidamente documentado, por lo que sólo estamos frente a leyendas urbanas, que han sido replicadas con mucha creatividad en la televisión y otros medios.
Lo que vuelve interesante este síndrome y le da valor de leyenda urbana es la imagen de una pareja luchando para separarse mutuamente durante muchos minutos, aunque en realidad puede que no duren más de 10 segundos.
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