La Corte Internacional de Justicia (CIJ), tiene que erradicar el notorio desequilibro que presenta, en materia de género, planteó Heather Barr, directora adjunta de la División de Derechos de las Mujeres, de la organización internacional Human Rights Watch (HRW).
Desde su creación, en 1945, de las 109 designaciones de jueces del tribunal con sede en la ciudad de La Haya -la capital administrativa de los Países Bajos-, solamente cuatro han correspondido a mujeres, indicó Barr, en un artículo de opinión.
Tres de ellas integran, actualmente, la CIJ, señaló la activista, en el texto difundido, el 7 de noviembre, por HRW, en su sitio en Internet.
Ello marca una desproporción, teniendo en cuenta que las mujeres constituyen aproximadamente la mitad de la población mundial, planteó, en el artículo titulado “La Corte Internacional de Justicia debería tener más juezas”.
El panel de juristas aborda conflictos de diversa índole, los que frecuentemente afectan a la población femenina, indicó.
La Asamblea General y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas -organismos encargados de la designación de los magistrados- tienen, ahora, la oportunidad de reducir esa brecha, ya que están en proceso de seleccionar a la persona que llenará la vacante que presenta el grupo de trabajo.
“La Corte Internacional de Justicia (CIJ), el principal brazo judicial de las Naciones Unidas, sólo ha tenido cuatro juezas en su historia”, escribió Barr, agregando que “los otros 105 jueces han sido todos hombres”.
“En la actualidad, tres de los 15 jueces -que cumplen mandatos de 9 años- son mujeres, incluida la presidenta del tribunal, (la estadounidense) Joan E. Donoghue”, precisó.
“Pero un tribunal mundial con sólo un 20% de mujeres muestra una falta de compromiso con la equidad de género por parte de la ONU que exige ser cuestionada”, denunció.
“A la CIJ se le pide que se pronuncie sobre algunas de las cuestiones más importantes del mundo, desde el uso de armas nucleares hasta los conflictos por el supuesto terrorismo de Estado”, comenzó a explicar.
En ese contexto, “una próxima petición puede buscar su opinión sobre quién debe ser responsable de mitigar y financiar la adaptación a la crisis climática”, agregó.
Se trata de temas que inciden, con particular intensidad, en la situación de la población femenina mundial -lo mismo adulta que menor de edad-, advirtió, a continuación.
“Aproximadamente la mitad de los habitantes del planeta son mujeres y niñas, e inevitablemente algunos de los casos de los que se ha ocupado el tribunal han tenido que ver con cuestiones que afectan específicamente a las mujeres”, precisó.
“Por ejemplo, ha abordado la violencia sexual en situaciones de conflicto armado”, en diferentes países, puntualizó, a manera de ejemplo.
“Y si el tribunal se ocupa de la crisis climática, será otro ámbito en el que las mujeres y las niñas se ven afectadas de forma desproporcionada”, agregó.
Barr planteó, asimismo, que la necesidad de que el desequilibrio entre magistradas y magistrados reciba inmediata atención de parte de ambas entidades de la organización mundial, cuyos integrantes tienen que dejar claro su nivel de apoyo a la eliminación de la inequidad.
“Ya es hora de que los Estados miembros de la ONU que eligen a los jueces de la CIJ aborden la brecha de género”, algo que pueden hacer ya, teniendo en cuenta el hecho de que “uno de los 15 puestos está vacante y se ha iniciado el proceso para cubrirlo”.
“Los Estados miembros de la ONU tienen la oportunidad ahora, y en todas las futuras elecciones judiciales, de demostrar su compromiso con la igualdad de género”, reafirmó.
En su opinión, “pueden hacerlo apoyando a candidatas fuertes y teniendo en cuenta la contribución de los candidatos a la igualdad de género y a la jurisprudencia feminista en el derecho internacional”.
Barr advirtió, en modo de reflexión, que, “el hecho de que las mujeres estén tan gravemente subrepresentadas en el principal órgano judicial de la ONU en 2021 socava la credibilidad más amplia de la ONU y arroja una sombra sobre las decisiones jurídicas de peso que toma”.