Los casos de embarazadas fallecidas este año fueron, la primera mitad de este año, más numerosos que durante todo el año pasado, de acuerdo con la Evaluación Semestral del Hospital Nacional de la Mujer “Dra. María Isabel Rodríguez”.

Durante el período enero-junio de 2020, el centro médico estatal registró 11 fallecimientos, frente a los ocho que ocurrieron durante los doce meses de 2019, de acuerdo con los datos oficiales.

Del total semestral, cinco mujeres murieron por diferentes cuadros, entre los que figura el nuevo coronavirus, causante de la Enfermedad Coronavirus 2019 (Coronavirus Disease 2019, Covid-19), según la evaluación del único hospital público salvadoreño especializado en atención ginecológica y perinatal.

El desglose de casos fatales por grupos etarios indica que seis estaban en el rango de 25-39 años, y cuatro en el de 20-24, además de una mujer de 46 años, según el documento, según el cual la mayoría -ocho- provenía de zonas rurales, mientras tres habitaban el sector urbano capitalino.

El contexto socioeconómico es un factor de fuerte incidencia en el aumento de los fallecimientos durante los primeros seis meses de este año, tendencia agudizada por la pandemia mundial del coronavirus, según lo señalado en el balance.

“El riesgo de complicaciones del embarazo principalmente bajo estados de emergencia como ha sido en la pandemia por Coronavirus, es mayor en las mujeres procedentes de áreas rurales por la determinación social de sus condiciones de vida, como el hacinamiento, ausencia de servicios básicos, baja escolaridad, pobreza y las barreras geográficas, económicas y culturales”, de acuerdo con lo evaluado.

Según datos de UNPFA, a nivel mundial de cada 100 mujeres que se embarazan “15 van a experimentar complicaciones obstétricas”, es decir relacionadas al embarazo, antes, durante o posterior al parto.

Al reproducir, este mes, la opinión de dos expertos en la material, el medio electrónico local elsalvador.com precisó que “las tres principales causas relacionadas a las complicaciones (obstétricas) son: la hipertensión (…) las infecciones y las hemorragias”.

“Pero la gran mayoría de esas complicaciones son tratables, y por lo tanto se puede prevenir las muertes y discapacidades relacionadas”, precisó.

También indicó que “la atención sanitaria en El Salvador estuvo enfocada en el combate a la pandemia, lo que afectó la atención en servicios de salud, por ejemplo de controles médicos, de niño sano y de embarazos, así como la atención a pacientes con enfermedades crónicas, por razones diversas, entre ellas geográficas, económicas, culturales o incluso temores a ser contagiados”.

En ese sentido, informó que el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) colabora, en dos áreas, con el Ministerio de Salud de El Salvador.

“La primera en la adquisición de los métodos anticonceptivos para evitar embarazos no planeados, además apoya la realización de consejerías y teleasistencia médica a mujeres en estado de gestación a través de la línea telefónica 131 con apoyo de Canadá”, señaló.

Asimismo, “personal de Salud con conocimiento en ginecología, pediatría y medicina general atiende a la paciente y da continuidad al caso”, agregó.

Al respecto, citó al representante local del Unfpa, Hugo González, quien dijo que la agencia especializada de Naciones Unidas, la embajada del país norteamericano, y el ministerio salvadoreño “están previendo dejar un servicio permanente de teleasistencia, que ayudará a programar citas médicas en los centros de salud, y acortará el tiempo de espera en los controles médicos, pediátricos o maternos, y además evitaría las aglomeraciones”.

González advirtió, asimismo, que “el impacto del nuevo Coronavirus podría amenazar con retrocesos en áreas donde el país había logrado avances importantes antes del 2015, con los Objetivos de Desarrollo del Milenio”, contexto en el cual “El Salvador logró bajar la mortalidad materna e infantil”.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) están contenidos en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Se trata de metas a cumplirse, a más tardar, para 2030.

El quinto de los 17 ODS se refiere, específicamente, a “Igualdad de Género”, y apunta a poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y las niñas”, señalando, entre otros planteamientos, que ello no solamente constituye un derecho humano básico sino que es crucial para el desarrollo sostenible.

“Se ha demostrado una y otra vez que empoderar a las mujeres y niñas tiene un efecto multiplicador y ayuda a promover el crecimiento económico y el desarrollo a nivel mundial”, según lo indicado en ese punto.

González informó que, según datos previos a la pandemia, “en el caso de El Salvador, las muertes maternas era de alrededor de 28 a 30 muertes por cada 100,000 nacidos vivos, eso significaba que cada 100,000 nacidos vivos en el país mueren alrededor de 30 mujeres”.

“Si la morbilidad y mortalidad materna era un problema de salud pública en la antigua normalidad (antes de la presente crisis sanitaria mundial), ahora, dentro de una pandemia que nos confinó, se esperaría una mayor incidencia, posiblemente por factores relacionados a la agilidad de reorganizar los servicios de salud, el temor por las mujeres de buscar atención médica e infectarse de COVID, la falta de transporte público, la falta de dinero por el desempleo, entre otros”, advirtió el experto.

“Es reconocido que el no reconocer los síntomas y signos de alarma en un embarazo podría haber complicado aún más la situación e impactar negativamente en la salud reproductiva de las mujeres”, explicó, además.

“La dificultades de acceder a la atención prenatal o ginecológica podría traer otras consecuencias, advirtió González, como por ejemplo un aumento en la mortalidad entre bebés antes o después del parto”, precisó.

Este punto en particular constituye un fuerte riesgo para la seguridad personal de las embarazadas, ya que, en El Salvador, la pérdida de un bebé -sea espontánea o provocada- durante el embarazo constituye un delito que se castiga con pena de hasta 30 años de prisión.

Actualmente, en el país centroamericano, 18 mujeres cumplen condena por haber perdido bebés a causa de emergencias obstétricas que sufrieron cuando estaban embarazadas.

Por su parte, Gloria Cruz, coordinadora de Organización Territorial del Foro Nacional de la Salud (FNS), dijo que la priorización de la atención médica a la emergencia del coronavirus incidió, negativamente, en la prestación de servicios de salud sexual y reproductiva.

“Los factores de restricción a los servicios de salud, para inscripciones de embarazos y controles prenatales, se vieron afectados”, denunció la integrante de la organización no gubernamental promotora del derecho de acceso universal al sistema nacional de salud.

Ello, “debido a que la demanda de los servicios estuvo dirigida hacia el Covid-19, sumado al miedo de contagio del virus (…) factores que agudizaron una crisis que se venía gestando en la atención a la salud sexual y reproductiva a de la mujer”, explicó, a manera de denuncia.

“Nosotros hemos hecho pronunciamiento en la falta de atención sexual y reproductiva, de hecho la inscripción de controles prenatales no está en todo (registro hospitalario) porque las mujeres no han ido a inscribirse”, siguió planteando.

“Y también se ha descuidado la atención sexual y reproductiva de los hombres y mujeres”, precisó, para agregar, de inmediato, que “también hay descuido en el abastecimiento de métodos de planificación familiar”.

Cruz aseguró, además, que los datos oficiales no son plenamente confiables.

“Uno de los principales problemas que enfrenta la institución (el FNS) es la transparencia de los datos, para analizar la problemática”, dijo.

“Al comparar los datos, hay una aparente disminución de las inscripciones prenatales”, situación que, de acuerdo con el FNS indicaría, respecto a adolescentes y mujeres, que “hay una reducción a los controles prenatales” a causa de que “no se han acercado a los centros de salud”, señaló.

Esto se explicaría, “en primer lugar, porque han estado en cuarentena, y, segundo, porque la atención ha sido por Covid-19”, indicó.

“A las mujeres, las regresan a sus casas porque no las atienden, entonces, ese descuido hace que las mujeres tampoco puedan acercarse” a los centros de salud, continuó explicando.

Incide en ello, “además, el tema transporte que aún no es regular”, a causa de las medidas gubernamentales para tratar de evitar la propagación del virus, lo que “influye en que haya menos datos de inscripciones prenatales”, a lo que se suma el hecho de que “se desconoce cuántos partos extrahospitalarios” han tenido lugar, planteó, además.

“El desabastecimiento, que hubo, de métodos anticonceptivos, en el 2019, y la falta de controles de planificación familiar durante la pandemia, agudizó el problema”, por lo cual es posible prever “que habrá mayor número de muertes maternas para este año”, de modo que “es importante que se preste atención a las inscripciones de embarazo y controles prenatales”, advirtió.

En opinión de la experta, “si no hay abastecimiento de los métodos anticonceptivos”, lo que ocurría, y la pandemia agudizó.

Al respecto, vaticinó que “es obvio que vamos a tener más embarazos”, porque, por el distanciamiento social (cuarentena), “las mujeres han estado en mayor convivencia con su pareja”, en un contexto de “falta de control de planificación familiar”, de modo que, “por supuesto que habrán más embarazos, por ende se incrementará la mortalidad materna”.