Una integrante del proyecto microalgas

Tres proyectos de desarrollo local, amigables con el ambiente, son impulsados por cuarenta mujeres, de escasos recursos, en un sector del centro de Costa Rica, respectivamente, aportando a la reducción de dióxido de carbono, rescatando una tradición artesanal, y respaldando la producción agrícola.

Apoyados por el Instituto de Desarrollo Rural (Inder), las iniciativas se ubican en la provincia de Cartago, dos de ellos en el cantón (municipio) de El Guarco y el otro en el cantón de Oreamuno, de acuerdo con lo informado por la entidad, en un comunicado.

Uno de los proyectos, consistente en la generación de microalgas, es llevado adelante por 17 mujeres, en el distrito de Tobosi de El Guarco, con el propósito de aportar a la reducción de dióxido de carbono.

En otra de las iniciativas, 12 emprendedoras de San Isidro de El Guarco, se dedican a la producción de artículos elaborados a base de cabuya, una traducción virtualmente perdida en el país centroamericano.

Por su parte, 11 productoras de hortalizas del cantón de Oreamuno, ven mejorada su labor mediante la construcción de un invernadero.

Al visitar los emprendimientos, el presidente ejecutivo del Inder, Harys Regidor, dijo, respecto al apoyo financiero y en equipo que la entidad ha aportado, que “la institución identifica y prioriza estos proyectos disruptivos que impulsan ideas innovadoras, generando empleo, y, a la vez, impactando en materia ambiental y cultural”.

En cuanto al proyecto de microalgas, el Inder informó que esos organismos “consumen dióxido de carbono del ambiente y liberan oxígeno, más rápidamente que un árbol”.

La encargadas de llevar adelante esa iniciativa, organizadas en la Cooperativa de Autogestión de Servicios Ambientales (CoopeAgir R.L.), “trabajan en el desarrollo de contenedores de cultivos de esas microalgas”, agregó la institución.

Esos contenedores “podrán ser ubicados en centros comerciales, establecimientos, agencias de vehículos, instituciones estatales y privadas, entre otros, y contribuirán a mitigar el calentamiento global”.

Al respecto, la gerenta de CoopeAgir, María Martínez, explicó que “se trata de lo que hemos denominado ‘smartrees’”.

Ello, como “alternativa para mitigar el dióxido de carbono en las zonas urbanas donde no existe la oportunidad de sembrar árboles que realicen este trabajo”, agregó.

“Desarrollamos estructuras de 12 a 60 litros de capacidad que pueden absorber hasta 100 gramos de dióxido de carbono al mes”, precisó Martínez, quien señaló, además, que “el objetivo es instalar doscientas estructuras que nos permitan fijar 120 mil gramos de oxígeno en el primer año”.

La idea radica en la adaptación del concepto “smart tree” -que en inglés significa “árbol inteligente”-, que consiste en la instalación, en sitios públicos urbanos, de estructuras de cuatro metros de alto por tres de profundidad que, por lo general, contienen musgo y liquen, para la absorción de ese gas de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global.

El Inder informo que, en este caso, aportó dos millones de colones (casi 3,300 dólares) para la instalación de un invernadero, además de que “se trabaja en la construcción de un laboratorio que permita desarrollar a mayor escala la iniciativa”.

Respecto al proyecto denominado “La cabuya cuenta”, el instituto señaló que el uso de esa fibra “era una empresa boyante en los años cincuenta y sesenta”, cuando “se utilizaba para bolsas y mecates (cuerdas), entre otros productos, pero que desapareció con la llegada del plástico y otros materiales”.

Esa tradición es, ahora, rescatada por doce mujeres integrantes de la Asociación de Mujeres Artesanas de la Cabuya, en El Guarco, asistidas por el octogenario experto en la materia Juan Camacho Leiva, el “único portador de la tradición de la cabuya”, agregó el Inder.

“Ellas elaboran souvenirs, bolsos, recuerdos, textiles y un sinnúmero de artículos, mediante el rescate del proceso para la extracción y utilización de este producto natural y que no contamina el ambiente”, explicó.

En ese sentido, la presidenta y fundadora de la asociación, Sonia Navarro, relató que “el Inder nos apoyó con equipo industrial para el procesamiento del producto como una máquina desfibradora, de sublimado, y una cocina de gas para teñir los productos que elaboramos y que vendemos en las ferias del agricultor y en nuestra tienda”.

“Fue una inversión de más de 4.5 millones de colones (unos 740 mil dólares), que nos fue de gran utilidad”, agregó.

Proyecto agrícola – Flor María Mora, líder de la asociación

También de implementación femenina, el proyecto de producción agrícola es llevado a cabo por 11 mujeres de la Asociación Mujeres Produciendo y Conservando (Amuproyco), de Oreamuno, dedicadas a la siembra, principalmente, de cebollas, hortalizas, papas.

Al informar que aportó algo más de dos millones de colones (alrededor de 3,300 dólares), el Inder indicó que, además, “a esta organización se le hizo entrega (…) de un invernadero para mejorar las condiciones de trabajo y producción de la iniciativa”.

“Este módulo constituye una alternativa para mejor la calidad de vida de las familias beneficiadas”, agregó, para señalar que “la segunda parte incluye la asignación de un terreno a la asociación”.

Por su parte, la líder de la asociación, Flor María Mora, dijo que “este invernadero nos va a permitir mejorar nuestros productos, tener un control más eficiente del ambiente y de las plagas”.

“Lo que esperamos es poder aumentar nuestras ventas y ampliar nuestros mercados”, agregó.

La pandemia mundial del nuevo coronavirus, que también golpea a Costa Rica, incide en algunas de estas actividades, como parte del impacto socioeconómico que está generando a nivel global.

En ese sentido, Mora expresó, claramente, la tenacidad de las mujeres participantes en el proyecto que dirige -así como de las impulsora de las otras iniciativas-.

“Ahoritita, por esta situación en la que estamos, lo único que estamos produciendo es esta cebollita, y estamos esperando, primero Dios, que nos echen una manita, para seguir adelante”, precisó.

Y agregó: “porque lo que queremos, es trabajar, sacar adelante a la familia, como, hasta hoy, lo hemos hecho”.