Desde la revolución islámica de Irán en el año 1979, que estableció la política de la segregación de sexos, las mujeres  no tienen derecho a entrar a los estadios para ver jugar a los hombres.

La presión de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) dio resultados cuando el pasado domingo 25 de agosto el viceministro para temas legales y provinciales del Ministerio de Deporte, Yamshid Taqizade, anunció que las mujeres podrán ir al estadio Azadí para ver el clasificatorio entre Irán y Camboya para la Copa Mundial de Qatar del 2022.

Con las palabras del viceministro en un comunicado de prensa las hinchas iraníes podrán estar en el estadio en octubre en Teherán para seguir un partido de su selección nacional, a pesar de que el representante del Gobierno insiste en que en su nación «no existe una prohibición legal».

La FIFA había presionado a Teherán para que autorizara la presencia de las mujeres en los partidos clasificatorios para el Mundial 2022 y dio de plazo hasta este sábado para que aceptaran su solicitud, advirtiendo que de lo contrario Irán se enfrentaría a consecuencias.

Algunas mujeres que se han atrevido asistir a partidos internacionales, sin tener algún tipo de permiso especial, han sido llevadas ante la justicia por haber accedido a recintos deportivos sin autorización, como el caso reciente registrado el 18 de agosto, cuando cuatro mujeres fueron detenidas en el estadio Azadi, aunque luego fueron liberadas.