Dos mexicanas de origen indígena zapoteco trabajan para mantener vigente la cultura de ese pueblo, en sus diferentes aspectos.

Érika Delgado y Patricia -cuyo apellido no fue mencionado-, residentes en Oaxaca, costero estado del sur de México -específicamente, en el municipio de Ixtaltepec, ubicado en la zona del istmo de Tehuantepec-, cuentan con el apoyo de una organización no gubernamental local, agregó, al dar a conocer esa labor, Noticias ONU, la agencia informativa de Naciones Unidas.

Se trata de Una Mano para Oaxaca, agrupación de promoción del desarrollo específico de las mujeres zapotecas, y de la comunidad local en general, fundada en 2017, a raíz de la afectación causada por el sismo algo superior a magnitud 8.2 registrado ese año y sentido en diferente puntos del territorio nacional -particularmente en Ixtaltepec, destruido en un 80 por ciento-, indicó el medio de comunicación internacional.

Érika y Patricia enmarcan su actividad en la Agenda 2030, precisó Noticias ONU, en la nota informativa que, con título “Una mano para Oaxaca, dos mujeres decididas a continuar la cultura de su pueblo”, publicó el 5 de diciembre.

Aprobada en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, la agenda contiene los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Consistentes en 17 metas -incluida la igualdad de género-, los ODS están establecidos para cumplirse, a más tardar, en 2030.

El quinto de los objetivos se refiere, precisamente, al componente de “Igualdad de Género”, con el propósito de “poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y las niñas”, lo que, simultáneamente, es un derecho humano básico, además de constituir un aspecto clave en materia de desarrollo sostenible.

“Se ha demostrado una y otra vez que empoderar a las mujeres y niñas tiene un efecto multiplicador y ayuda a promover el crecimiento económico y el desarrollo a nivel mundial”, se indica, además, en ese punto.

Noticias ONU indicó que, “siguiendo los postulados de la Agenda 2030, dos mujeres oaxaqueñas crean una organización enfocada al desarrollo de su comunidad, en especial de las mujeres, mediante el rescate de saberes ancestrales, la recuperación de empleos y la reconstrucción de los medios de vida de muchos habitantes de su comunidad”.

Ambas están “decididas a continuar con el legado, saberes, y cultura de su pueblo”, agregó.

“Por ello, se acercaron a Una Mano para Oaxaca, organización social enfocada al desarrollo de las mujeres zapotecas, que desde el sismo que azotó a México en el 2017, no ha dejado de contribuir para el rescate de los saberes” de la comunidad, señaló.

Fundada por Aída Torres, Alejandra Rosado, y Persedia Tenorio, Una Mano para Oaxaca inició el apoyo a la recuperación local, reconstruyendo los hornos de pan destruidos, “ya que de éstos dependía económicamente la mayor parte de la población, concluyendo con su aporte en 2018 con un total de 118 hornos en 14 comunidades de Ixtaltepec”, informó la agencia.

“Al finalizar esa etapa, (las tres activistas) se percataron de que había mucho más por hacer, pues distintas realidades sociales se acentuaron”, relató.

Entre esas carencias, “se encuentran: falta de sentido de pertenencia, abandono a adultos mayores, pérdida de la lengua madre, escasez de fuentes de ingreso, desplazamientos forzados, sumisión de las mujeres, entre otros (componentes)”, de acuerdo con la versión periodística.

En tal contexto, Rosado, Tenorio, y Torres, “crearon un modelo educativo productivo de intervención post desastre, para su pueblo”, detalló Noticias ONU.

Esta iniciativa, “comparte herramientas educativas que impulsan el poder de la ciudadanía para reactivar su economía mediante programas que revitalizan su cultura, promueven la resiliencia, el autocuidado, la salud colectiva, y fortalecen la identidad y el arraigo comunitario”, precisó, a continuación.

El medio de comunicación agregó que, “a través de este modelo, se adaptaron a las problemáticas sociopolíticas territoriales”, mediante la constitución de “redes de promotoras comunitarias que tienen la misión de salvaguardar estos aprendizajes”.

En ese cuadro de situación, desde 2017, “han logrado trabajar con otras 16 comunidades oaxaqueñas, a través de herramientas que revitalizan la cultura de los pueblos indígenas, creando experiencias de recuperación y preparación económica y emocional”, explicó.
El tema sanitario también figura entre las prioridades de la organización, informó, igualmente.

Al respecto, la agencia puntualizó que, “dentro del Modelo Educativo de Intervención Post Desastre, Una Mano para Oaxaca creó el Programa Formación de Promotoras de Salud Comunitaria del Istmo de Tehuantepec”.

Se trata de una “colectiva de mujeres que generan círculos de aprendizaje comunitarios para la salud preventiva y el autocuidado a través de la recuperación de saberes ancestrales”, continuó explicando.

Noticias ONU, detalló, además, que “la iniciativa fortalece el poder de las mujeres para impulsar el autocuidado y cuidado colectivo, defendiendo la visión de salud comunitaria, promoviendo espacios para abordar el duelo, el manejo de emociones, la alimentación y la recuperación de saberes locales de medicina tradicional”.

Sobre ese tema, la coordinadora del programa formativo, Cynthia Osornio Sánchez, explicó, a la agencia, que “queremos partir desde los saberes de la medicina tradicional, y brindar herramientas, con talleres, para el sistema inmune, la nutrición, y la herbolaria”.

La experta agregó que la idea consiste en “que las participantes de este programa puedan aprender estos conocimientos, y puedan compartirlos con su familia, vecinos, amigas, personas de su barrio y su comunidad, y que esto empiece a ser un efecto dominó a mayor escala”.