La rumiación es un patrón de pensamiento repetitivo y negativo sobre eventos pasados, en donde las personas tienden a centrarse en los aspectos negativos y a buscar explicaciones catastróficas para los eventos

El trastorno de adaptación es una respuesta emocional y conductual desproporcionada a un evento estresante identificable. Este evento puede ser cualquier cambio significativo en la vida, como una pérdida, una mudanza, un problema de salud o un cambio en el trabajo. Las personas con este trastorno experimentan síntomas como:

• Animo triste: Sentirse deprimido, desanimado o sin esperanza.

• Ansiedad: Sentimientos de nerviosismo, inquietud o miedo.

• Cambios en el comportamiento: Aislamiento social, irritabilidad, dificultad para concentrarse, problemas de sueño o cambios en el apetito.

En cambio, la rumiación es un patrón de pensamiento repetitivo y negativo sobre eventos pasados. Las personas que rumian tienden a centrarse en los aspectos negativos de una situación y a buscar explicaciones catastróficas para los eventos. Este patrón de pensamiento puede contribuir a la depresión y la ansiedad. El trastorno de rumiación es una condición en la que una persona regurgita repetidamente la comida que acaba de ingerir. Esta comida vuelve a la boca, donde puede ser masticada nuevamente y tragada o escupida. A diferencia del vómito, la regurgitación en este trastorno suele ser indolora y ocurre poco después de comer.

La rumiación puede ser un síntoma común en personas con trastorno de adaptación. Cuando alguien experimenta un evento estresante, es natural que se pregunte por qué sucedió y qué podría haber hecho de manera diferente. Sin embargo, en las personas con trastorno de adaptación, esta tendencia a reflexionar se vuelve excesiva y negativa.

En relación a ambos trastornos tenemos varias cosas en común:

• Amplificación de emociones negativas: La rumiación intensifica las emociones negativas asociadas al evento estresante, como la tristeza, la culpa o la ira.

• Dificultad para adaptarse: Al centrarse en el pasado y en los aspectos negativos de una situación, la persona con trastorno de adaptación tiene dificultades para encontrar soluciones y adaptarse a la nueva realidad.

• Aumento del riesgo de depresión: La rumiación crónica puede aumentar el riesgo de desarrollar un episodio depresivo mayor.

Tanto el trastorno de adaptación como la rumiación son condiciones tratables. Las opciones de tratamiento pueden incluir la psicoterapia y medicamentos.

Es importante destacar que, si estás experimentando síntomas de trastorno de adaptación o rumiación, es recomendable buscar ayuda profesional. Un terapeuta puede ayudarte a identificar y abordar las causas subyacentes de tus dificultades y a desarrollar estrategias para mejorar tu bienestar emocional.

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Contacto: Dr. Torres Batista (506) 8404-6772

Foto: Mental Health America (MHA)