
Una Convención Constituyente, integrada según parámetros de paridad de género y ampliada representación social, sería la encargada de redactar la nueva Constitución de Chile.
El bicameral parlamento del país sudamericano aprobó, el 18 de diciembre, una iniciativa de consulta popular predeterminar, formalmente, si los chilenos quieren que se reforme la constitución –heredada de la dictadura militar de 1973-1990-, y qué órgano debe integrarse para ello.
Ambas instancias parlamentarias –Cámara de Diputados y Senado- dieron luz verde a la consulta –que tendía lugar el 26 de abril-.
Las dos preguntas a formularse serán: “¿Quiere usted una nueva Constitución?”, y “¿Qué tipo de órgano debiera redactarla?”.
Para la primera, alternativas de respuesta son: “Apruebo” o “Rechazo”.
En el caso de la segunda, las opciones son: “Convención Mixta” -ciudadanos electos específicamente para integrarla, y legisladores en ejercicio-, o “Convención Constitucional” –ciudadanos electos-.
Pero la propuesta de paridad de género, además de incorporación de delegados indígenas y políticamente independientes, no tuvo éxito en su presentación inicial, por lo que ayer fue nuevamente tramitada y, la votación, en la Cámara de Diputados fue exitosa, por lo que debe pasar al Senado, para determinar si pasa la prueba parlamentaria.
El tema de la redacción de una nueva Constitución viene planteándose desde que, con el fin de la sanguinaria y corrupta dictadura militar, la democracia chilena fue restablecida.
El texto recibió reformas parciales en 1989 y en 2005, pero los esfuerzos por eliminar ese vestigio del masivamente repudiado régimen autoritario fueron frustrados por el rechazo de los sectores derechistas que fueron aliados de la tiranía.
Sin embargo, la iniciativa reformadora tuvo impulso decisivo durante el segundo mandato presidencial (2006-2010, 2014-2018) de la socialista Michel Bachelet –quien fue Bachelet convocó, en 2015, al Proceso Constituyente Abierto a la Ciudadanía, de amplia participación –más de 204,000 chilenos, en el país y en el exterior-, que resultó en la redacción de un documento denominado Bases Ciudadanas para la Nueva Constitución.
El tema tuvo nueva y decisiva reactivación den el marco de la crisis sociopolítica que, desde el 18 de octubre, afecta a Chile, situación en la cual, masivas manifestaciones populares –inicialmente en repudio a medidas económicas del actual gobierno- apoyan el reclamo de que el derechista presidente Sebastián Piñera (2010-2014, 2018-2022) renuncie y que una nueva Constitución sea redactada.
Tras la aprobación de la consulta popular, por ambas cámaras parlamentarias, la diputada opositora Camila Rojas, declaró que “esto (…) sólo fue posible porque ha habido movilización, porque ha habido organización, esto se debe a que en las calles se expresó la necesidad de cambiar la Constitución“.
Respecto a la iniciativa de paridad de género e incorporación de delegados indígenas e independientes para el órgano redactor del nuevo texto constitucional, Rojas, la única legisladora por el centroizquierdista Frente Amplio, dijo que esos componentes “se aseguran” por parte de los diputados, “pero, todavía, queda otra pelea en el Senado, la cual vamos a dar también”.
Respecto a esta iniciativa, su proponente, la diputada oficialista Marcela Sabat, aseguró que “estamos muy emocionadas”, porque lograr la aprobación en la Cámara de Diputados “fue un trabajo arduo, fue un trabajo de mujeres por las mujeres”.
“Este trabajo fue de corazón, fue unido, fue con compromiso, fue con convicción, son años de luchas por mujeres que no han tenido voz”, expresó la parlamentaria por el derechista partido Renovación Nacional, que integra la gobernante coalición Chile Vamos.
“Hoy día, después de años de subrepresentación, podemos hablar de que vamos a tener un proceso constituyente paritario”, reafirmó.
En ese sentido, aseguró que, “paritariamente, las mujeres van a poder hablar, van poder decir lo que piensan, lo que creen, cuáles son sus convicciones, cuál es su verdad -que ha estado, por tanto tiempo, callada-“.
Al respecto, en un artículo de opinión publicado el 17 de diciembre en el medio de comunicación electrónico elDECONCIERTO.cl, la trabajadora social y dirigente política Constanza Schönhaut, planteó que “la paridad de género no es una propuesta que mejora la representación de unas ideas por sobre otras, sino un mecanismo para equiparar la representación de hombres y mujeres en los espacios de decisión”.
“Mujeres y hombres vivimos distintas realidades y roles en la sociedad actual, por tanto es necesario que la expresión de esa realidad esté presente en los debates, con independencia de las propuestas y votaciones que cada quien sostenga”, agregó, en el texto que tituló “¿Quién pide paridad en la constituyente?”.
Al citar datos de encuestas recientes, Schönhaut señaló que 86.4 por ciento de la población percibe que las mujeres son discriminadas en Chile, en términos generales, que 97.7 por ciento considera que las mujeres son discriminadas en el ámbito laboral, 80 por ciento estima que lo son en el área política, además de que 92,5 por ciento de las mujeres sostiene que Chile es un país machista.
En el caso específico del órgano constituyente, los datos citados por la autora indican que 74 por ciento de los encuestados apoya cuotas por género, y que 76 por ciento apoya, específicamente, la paridad.
En opinión de Schönhaut, “la paridad la pedimos todos y todas. Y la reforma que la establezca debe estar en la Constitución, no en la ley”.