Costa Rica cuenta con las condiciones climáticas, disponibilidad de terrenos, la capacidad instalada y los recursos financieros, técnicos y humanos para erradicar el hambre
Inés Revuelta Sánchez
El Día Mundial de la Alimentación es una valiosaoportunidad para hacer un llamado vehemente a nuestras autoridades gubernamentales para que ninguna persona en el país, sufra la carencia de alimentos en su mesa.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, más conocida como FAO por sus siglas en inglés, en el mundo sufren de hambre alrededor de 733 millones de personas, un dato alarmante el cual debe conducirnos a la acción política internacional. De igual forma, en Costa Rica, según un informe de la Escuela de Economía de la UNA, publicado por Chavarría en 2023, “en el 2008, el 5,6% de los niños costarricenses presentaba este problema, pero para el 2018 la cifra había aumentado en un 60%, siendo un 9% de la población infantil afectada”. Además, el informe agrega: “el nivel de inseguridad nutricional en Costa Rica afecta a una gran proporción de hogares con niños de menores de 5 años, ya que según el Ministerio de Salud,para el 2020, el 22% de los hogares se veía obligado a reducir la calidad y/o cantidad de alimentos por razones económicas”. De forma concatenada, un estudio entre niñas y niños en 2019 efectuado por la Dirección Nacional de Centros de Educación y Nutrición y de Centro Infantiles de Atención Integral (CEN-CINAI) indica lo siguiente: “un 13,6% de la población infantil atendida presenta malnutrición (…) y un 6,9% desnutrición”.
Lo anterior, debe llamarnos a una profunda reflexión, la cual puntualizo en los siguientes tres aspectos:
El país viene experimentando una serie de recortes en sus presupuestos públicos, pero bajo ninguna condición eso puede afectar los programas dirigidos a garantizar el derecho a la alimentación humana. Por eso, reitero que Costa Rica tiene las condiciones de ser un país libre detoda condición de hambre y desnutrición humana. El frío no está en las cobijas, está en el corazón de quienes vencon indiferencia el hambre y desnutrición en el país y especialmente, de quienes, teniendo una posición de poder político, no prioricen la alimentación humana, por encima de favorecer enormes actos de corrupción. El hambre es un flagelo que acaba con la dignidad y el desarrollo de una sociedad.
Foto: Mart Production