El diagnóstico del síndrome del intestino irritable requiere realizar varios exámenes que permitan descartar otras causas que pueden provocar síntomas similares
Tradicionalmente la población se refiere a los problemas digestivos con la expresión “es que padezco de la panza”, frase que hace referencia a un enorme grupo de problemas en el estómago, y los intestinos entre ellos el síndrome del digestivo irritable o del colon irritable.
Esta afección puede afectar hasta un 20% de la población y algunos estudios sugieren que es más frecuente en ciertas familias, es decir, hay una predisposición familiar a padecerla.
Estos pacientes experimentan episodios de dolor abdominal con retortijones, que les obliga a ir al baño cuanto antes. Adicionalmente hay una mayor producción de gases que distiende el abdomen asociado a cuadros de diarrea, con la característica que la defecación alivia transitoriamente los síntomas. En algunas ocasiones los cuadros de diarrea, se alternan con periodos de estreñimiento.
Uno de los problemas que se suceden es que los síntomas pueden aparecer de un momento a otro, estando el paciente previamente bien, de tal forma que provoca un malestar importante, con el inconveniente de que se puede necesitar con urgencia un servicio sanitario, que, en algunas zonas, no necesariamente está disponible.
Esto provoca cierto temor por parte del paciente quien muchas veces limita sus salidas y actividades sociales para evitar una vergüenza. De igual manera, suele ser mal visto en algunos puestos laborales la persona que va mucho al baño. Y esto provoca una entendible angustia en el paciente. En algunos casos las molestias son tan frecuentes que el paciente prefiere estar en su casa la mayor parte del tiempo.
La distención abdominal asociada a la producción de gases, también representa un inconveniente socio laboral. “Tirarse pedos” es mal visto en nuestra sociedad, y en muchos de estos pacientes es algo inevitable debido al grado de distensión abdominal. De igual manera cada gas expulsado produce un alivio transitorio de los síntomas, pero no el cese en la producción de gases.
En algunos casos el síndrome del digestivo irritable es tan molesto y frecuente que repercute en el área sexual y emocional. Hombres y mujeres rehúyen citas, por el temor a presentar síntomas tan desagradables y muchos hasta se cuestionan como sería su vida con otra persona viviendo “estas penurias”. Por éstas y muchas otras connotaciones, algunos de estos pacientes experimentan problemas psicológicos, de ansiedad, depresión y aislamiento entre otros.
El diagnóstico del síndrome del intestino irritable requiere realizar varios exámenes que nos permitan descartar otras causas que pueden provocar síntomas similares.
Estas molestias pueden presentarse de manera súbita, “sin avisar”, aunque son más frecuente que suceda con ciertos alimentos, en periodos de stress o situaciones apremiantes, y con algunos medicamentos.
Antes se creía que el síndrome del intestino irritable era una condición provocada por situaciones psicológicas, hoy cada vez contamos con más evidencia que indica que es un problema funcional del intestino.
Afortunadamente en la actualidad disponemos de diversos tratamientos que suelen ser altamente efectivos y le permiten al paciente gozar de una vida normal sin estos problemas digestivos.
Foto: Cottombro