
La vara con la que se mide la gestión de las mujeres en el desempeño de cargos de elección popular –incluidos los municipales– , suele colocarse a una altura considerablemente mayor que en el caso de los hombres.
Las alcaldesas, vicealcaldesas, y mujeres titulares de otros cargos en los gobiernos locales, están automáticamente obligadas a sobrecumplir en sus responsabilidades oficiales, no obstante el hecho de que, sumada a esa jornada laboral deben, por lo general, desarrollar diariamente, durante horas, labores en el marco de su trabajo -no remunerado- en el hogar.
Al analizar este cuadro de situación, Laura Prado, ex alcaldesa (2011-2016) de Santo Domingo de Heredia, destacó, en diálogo con Petra, el hecho de que, aun en el siglo 21, tal es la realidad para la mayoría de las mujeres titulares de esos cargos.
“Los hombres cuestionan, todavía, la toma decisiones de las mujeres en cargos de elección popular”, expresó Prado, para agregar que “esa realidad, la vivimos, todavía, en Costa Rica, y por eso digo que las mujeres tenemos que dar una milla extra, en los cargos de elección popular”.
Por ello, las alcaldesas, vicealcaldesas y otras integrantes de estructuras de gobierno municipal, deben prepararse para hacer frente a ese escrutinio particularmente severo, y tienen que hacerlo “estudiando”, aseguró Prado, quien el 14 de enero fue expositora en un taller de capacitación, organizado por la Cámara de Comercio de Costa Rica (CCCR), para candidatas participantes en el presente proceso electoral municipal.
Decenas de aspirantes a diversos cargos, en el marco de los comicios municipales programados para el primer domingo de febrero, participaron en el taller “Mujeres Políticas y Economía Nacional: Construyendo agendas para el desarrollo local en nuestras municipales”, ofrecido por la CCCR.
Las invitadas escucharon intervenciones de expertas –incluida Prado- en temas tales como “Importancia de la Participación Pol´pitica de las Mujeres en las elecciones Municipales”, “Índices de desarrollo municipal”, “Propuestas de Reactivación económica nacional de la CCCR”.
Las expositoras coincidieron en destacar temas ilustrativos de la brecha de género en materia política en el país centroamericano, y, particularmente, respecto al ejercicio de cargos municipales de elección popular.
La ex alcaldesa, dijo además, a este medio, que la tarea en cargos de elección popular trasciende al mero hecho de ocuparlos, lo que significa asumir la responsabilidad implícita.
“Y la responsabilidad conlleva estudio, conlleva análisis, conlleva que pudiste haber salido de tu oficina, a las ocho de la noche, pero el trabajo continuó en tu casa leyendo –leyendo informes, revisando estudios, analizando indicadores-, el trabajo no termina, y, aparte de eso, por la responsabilidad de las mujeres, ya, como jefas de hogar, madres, esposas”.
Si bien “son muchas las responsabilidades que tenemos (…) yo creo que lo principal de todo es el conocimiento, defender la toma de decisiones con conocimiento técnico y legal”, todo lo cual debe combinarse “con realidades”.
En ese sentido, señaló que, durante su presentación en el taller, “les dije que (…) les estaba hablando a candidatas”, y que, antes de los comicios, “todas son iguales”, aunque, “a partir del momento en que ganen, y asuman los cargos, los roles son muy diferentes, y, ahí es donde empieza la realidad de la gestión municipal”.
“Ahí es donde comienza el estira y encoge de la gestión, y, sobre todo, yo creo (…) que lo más importante, acá, es sostenerse con muchísimo aplomo, y, si de algo yo traté de caracterizarme (como alcaldesa) es de que, si no sabía, preguntaba”.
En ese sentido, mencionó situaciones de descontento popular, entre otros motivos, por fallas en servicios públicos.
“Es un tema de no solamente lo que dice la ley sino cuál es la realidad”, expresó, y, a manera de ejemplo, indicó que, “cuando no pasa la recolección de residuos, y te dejan la basura en la esquina de tu casa, es asumir la realidad del cargo”.
Prado relató, además, que esa valoración más estricta, respecto al desempeño de las mujeres en cargos de elección popular, le fue aplicada.
“A mí me cuestionaron, y me señalaron, quizás por no ser ingeniera, por no ser arquitecta (…) pero, si de algo yo me garanticé, siempre, es que, cuando el tema era técnico, al lado mío había un asesor técnico, un funcionario de la municipalidad, que era el que tenía que responder ante los cuestionamientos técnicos”, porque, “en mi caso, era promotora y tomadora de decisiones, y creo que traté de asumirlo con mucha responsabilidad”, subrayó.
La ex jefa del gobierno de Santo Domingo priorizó, para el desempeño de cargos –al margen del tema de género-, el componente de la transparencia.
“Lo más importante, en la gestión pública –sea hombre o mujer-, es un proceso (…) de conocimiento, de criterio técnico, pero, siempre, hay que estar contando lo que se está haciendo”, ya que “las cosas, en un gobierno local, no se hacen por debajo de la mesa, se hacen de frente a la ciudadanía, contando en qué se está, cómo se está haciendo, cómo se quiere hacer, y estar abierto a escuchar a la población”, reflexionó.
El manejo ético “es parte de tu formación personal, de los principios y valores que, ya, vos traés desde tu hogar”.
“La ética no se impone, la ética se trae en la sangre, la ética es un proceso de formación, y, lo más importante”, indicó, para agregar, a continuación, la validez del ejemplo que compartió durante su exposición ante las candidatas: “yo salgo, en Santo Domingo, camino, con la frente en alto, nadie tiene por qué señalarme”.