Implementación de medios electrónicos, mentorías y capacitación fortalecerán el proceso de empoderamiento.

Fomentar medidas específicas y sensibilizadas para incrementar la inclusión financiera de las mujeres en el país, con lo cual se logre un verdadero empoderamiento económico y la reactivación productiva, es una de las conclusiones que se desprende del Foro Internacional Encuentro sobre Políticas Financieras y Género: Brechas y Oportunidades que se llevó a cabo en nuestro país.

Para lograr reducir la brecha de género, se debe superar una serie de desafíos y mitos existentes en el sector financiero en torno a la condición de las mujeres emprendedoras y empresarias, así como incrementar la utilización de medios digitales que faciliten el acceso, el fortalecimiento de las mentorías y el desarrollo de las capacidades empresariales.

El encuentro que reunió especialistas en temas de género e inclusión, en el ámbito financiero, cooperativo y empresarial, nacionales como extranjeros, tuvo entre sus objetivos, generar la discusión acerca de la importancia de las alianzas público-privadas para compartir y promover buenas prácticas para la inclusión financiera de las mujeres, reduciendo la brecha existente.

“El empoderamiento económico de las mujeres significa asegurar su ingreso económico y capacidad para gestionar y tomar decisiones sobre los recursos financieros, de titulación y conducción de sus vidas de forma autónoma y libre de violencia”, manifestó Alejandra Mora Mora, Ministra de la Condición de la Mujer y Presidenta Ejecutiva del Instituto Nacional de las Mujeres, INAMU.

Uno de los principales factores de la exclusión de las damas tiene que ver con el acceso a los servicios financieros, aún y cuando, se ha demostrado que son las mujeres quienes gestionan de mejor manera los recursos financieros fuera y dentro del hogar. Precisamente el Estado debe dialogar sobre la importancia de la inclusión financiera y bancarización de las mujeres, promoviendo el compromiso de los diferentes sectores, entre ellos, el financiero y productivo, y las mujeres en su diversidad.

“La inclusión de las mujeres en el ámbito financiero significa la única vía posible para construir y re-inventar economías más fuertes e inclusivas, sociedades más pacíficas, estables, justas y democráticas”, señaló Mora.

En Costa Rica, según datos del Banco Mundial (2013 y 2014), un 15% menos de mujeres, respecto a los hombres, tienen acceso a cuentas bancarias. Esto se repite en todos los grupos de ingresos al interior del país y en todas las regiones. En relación con el acceso a préstamos de una institución financiera, en el año anterior, 10,9% de mujeres accedieron a los mismos, frente a un 14,5% de hombres.

“Según indicó el INEC este año, el 40% de la población del país son jefas de hogar, mujeres que tiene sobre sus hombros la responsabilidad de velar por el bienestar de sus familias y que deben sortear día a día obstáculos financieros por su condición de género”, enfatizó la Jerarca.

Beneficios de tener una mayor inclusión financiera

El acceso a los servicios financieros (crédito, asistencia técnica, acceso a una cuenta corriente, de ahorro, depósitos a plazo en dólares o colones, modalidades de préstamos –personales, de vivienda-, pago de servicios públicos, de impuestos o envío y recepción de dinero, entre otros) es crucial en la tarea de erradicar la pobreza, empoderar a las mujeres y fortalecer la capacidad institucional de prestación de servicios a la población; superando de esta manera las brechas y mitos existentes en torno a las habilidades y capacidades de las mujeres para hacer frente a los desafíos del mundo financiero.

Tras el encuentro, se llegó a la conclusión de que la bancarización de las féminas es sin duda alguna fundamental para su empoderamiento y para lograr esto las entidades financieras deben considerar las tareas domésticas y de cuido a efectos de diseñar políticas y plataformas de servicios que permitan una inserción real de las mujeres.

“Esta es la tarea en la que nos hemos comprometido, todos los actores, en donde estamos llamados a abordar la brecha bancarización/financiera desde una perspectiva de género y estructural, y así efectuar los cambios económicos y culturales necesarios para erradicar la desigualdad”, concluyó Mora.