El examen médico para ingresar al Ejército de Indonesia debe ser similar para las mujeres y para los hombres quienes aspiren a incorporarse a esa rama de seguridad, en opinión de un alto oficial militar.
Además, los permisos de matrimonio, de los oficiales de esa fuerza armada del país -cuyo territorio, consistente en más de 17 mil islas, se ubica en el sureste asiático y en Oceanía-, deben limitarse a aspectos burocráticos, sin requerir que sus respectivas novias sean sometidas a revisión médica, dijo además, el mes pasado, el jefe del ejército, general Andika Perkasa, a sus subalternos inmediatos.
En una nota informativa que emitió el 3 de agosto, citando al jerarca militar, Human Rights Watch (HRW), organización de derechos humanos de cobertura internacional, indicó que los jefes de las otras dos instituciones armadas indonesias -la Fuerza Aérea, y la Marina- deben adoptar similar conducta, como lo hizo la Policía Nacional de Indonesia -que también aplicaba esa agresiva prueba-.
Perkasa “dijo en julio, a los comandantes del ejército, que el examen médico requerido en el proceso de reclutamiento para oficiales femeninas, tendría que ser similar a la revisión médica masculina, dando un indicio del fin de la llamada ‘prueba de virginidad’”, indicó HRW.
El jefe militar “dijo que las aspirantes tendrían que ser evaluadas solamente sobre su capacidad para participar en entrenamiento físico”, señaló, en texto de ocho párrafos firmado por Andreas Harsono, investigador sobre Indonesia.
El general “agregó que las solicitudes de permiso, del personal masculino del ejército, para casarse, tendrían, ahora, que solamente cubrir ‘asuntos administrativos’, sin requerir un chequeo médico para las prometidas de los oficiales”, de acuerdo con lo informado por la organización, en el comunicado que tituló “Jefe de ejército de Indonesia terminará anticientífica ‘prueba de virginidad’” ( “Indonesia Army Chief to Terminate Unscientific ‘Virginity Test’”), según la misma fuente.
“Esto es una referencia a una aparente decisión de detener la abusiva, anticientífica, y discriminatoria ‘prueba de virginidad’ que todas las ramas de la estructura militar indonesia han usado durante décadas, para las reclutas femeninas”, planteó HRW.
“El general Perkasa dijo que los oficiales médicos y los directores de hospital del ejército informaran, a los comandantes, sobre los nuevos procedimientos”, informó, asimismo.
En opinión de la agencia internacional de defensa de los derechos humanos, el paso que está dando la dirigencia de esa fuerza armada, es acertado, ya que el referido examen ginecológico no es más que una variante de agresión machista.
“El comando del Ejército está haciendo lo correcto”, planteó, para agregar que, “ahora, es responsabilidad de los comandantes territoriales y de batallón, cumplir las órdenes, y reconocer la naturaleza anticientífica, abusiva de derechos, de esta práctica”.
“La ‘prueba de virginidad’, es una forma de violencia de género, y es una práctica ampliamente desacreditada”, advirtió.
“La prueba incluye la práctica invasiva de insertar dos dedos en la vagina para, supuestamente, evaluar si la mujer ha tenido relaciones sexuales”, describió.
La información hizo referencia al hecho de que, en noviembre de 2014, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió lineamientos científicos, al respecto.
“No hay lugar para la prueba de virginidad, no tiene validez científica”, indicó, puntualmente, la OMS, entre otras observaciones.
El 24 del mismo mes, HRW denunció, en un comunicado, que ese tipo de agresivo e innecesario examen médico se realizaba en la fuerza policial -la que, posteriormente dejó de aplicarlo-.
Citada en ese texto, Nisha Varia, la subdirectora de Derechos de la Mujer, de HRW, dijo que “el uso de las ‘pruebas de virginidad’ (…) constituye una práctica discriminatoria, que perjudica y humilla a las mujeres”.
La experta planteó, además, la necesidad de “abolir de manera inmediata e inequívoca esta prueba, y, luego, asegurarse de que todos los centros de reclutamiento (…) en el territorio del país, dejen de aplicarla”, algo que esa fuerza de seguridad, efectivamente, hizo.
Varia también denunció, entonces, que el brutal procedimiento atenta “contra los derechos humanos internacionales a la igualdad, la no discriminación, y la privacidad”.
La experta de HRW desestimó ese abusivo examen clínico, al plantear que “las denominadas pruebas de virginidad son discriminatorias, y simbolizan la violencia de género”, por lo que “no deberían ser un parámetro que determine la capacidad de una mujer para desempeñarse” en una fuerza de seguridad.
“Las ‘pruebas de virginidad’ practicadas bajo coacción, también pueden constituir un trato cruel, inhumano o degradante, prohibido por el derecho internacional”, advirtió.
En ese sentido, en el mismo comunicado, se citó a una mujer -cuya identidad no fue revelada- quien, en entrevista con HRW, describió su experiencia personal, cuando, en 2008, fue sometida a esa agresión.
“Entrar a la sala donde practicaban la prueba de control de virginidad, era muy desagradable”, expresó.
“Tenía miedo de perder mi virginidad, como resultado de la prueba”, agregó.
También aseguró que “fue verdaderamente dolorosa”, y relató, además, que “mi compañera, incluso, se desmayó porque, era realmente dolorosa, muy dolorosa”.