Una misionera francesa se convirtió en la primera mujer quien desempeña una subsecretaría del Sínodo de los Obispos, cuando el papa Francisco la designó, el fin de semana pasado, para ocupar el cargo.
De ese modo, la hermana misionera javierista Nathalie Becquart, pasa a ser la única integrante femenina de la institución eclesiástica quien tiene derecho a voto -prerrogativa ejercida, hasta ahora, solamente por los “padres sinodales”, los obispos integrantes-.
Si bien la entidad cuenta con auditoras y expertas en diferentes temas, ninguna está facultada para votar.
El sínodo es una asamblea de obispos representantes de las diferentes regiones a nivel mundial, quienes se reúnen en momentos determinados, cuya misión principal es la de asesorar al papa sobre temas específicos.
La designación de Becquart se suma a nombramientos de mujeres, en altos cargos en la jerarquía institucional vaticana, que Francisco está concretando en el marco del impulso por mayor participación femenina en el quehacer católico, según han manifestado diversos expertos.
En diálogo con el portal informativo Vatican News -medio de comunicación de la Santa Sede-, Becquart -quien, durante dos años se desempeñó como consultora de la Secretaría General del sínodo- señaló que su designación se constituye en lo que describió como una señal de confianza en el sector femenino del catolicismo.
“Esto cae sobre mí, pero también lo recibo como un signo de confianza para las mujeres en la Iglesia, para las religiosas, y más ampliamente también para los laicos”, expresó la religiosa de 52 años de edad, nacida en la localidad de Fontainebleau, en las afueras de París.
Ello, “en respuesta a todo lo que se ha dicho en los últimos Sínodos y en lo que el Papa insiste mucho: el desafío de involucrar a las mujeres en la toma de decisiones y en el discernimiento en la Iglesia”, agregó Becquart, una ex responsable de la Pastoral Juvenil y Vocaciones de la Conferencia Episcopal de Francia.
También dijo que el nombramiento le plantea el desafío de promover la igualdad de género en la estructura eclesiástica.
“Para mí, el reto es éste: trabajar juntos -en la Iglesia- hombres, mujeres, sacerdotes, obispos, laicos, religiosos, en la diversidad de las vocaciones”, reflexionó.
La monja explicó que “la misión del subsecretario, tal como se define en la Constitución Apostólica Episcopalis communio, promulgada en 2018, es realmente la de ser el asistente del Secretario General, acompañándolo en todas sus misiones”.
“En este caso, lo que es una suerte es que seamos dos los designados y nos lleve a trabajar juntos con el cardenal Mario Grech”, agregó.
Becquart aludió así al hecho de que el papa designó, simultáneamente, el 6 de febrero, también como subsecretario del sínodo, al sacerdote español de 59 años de edad Luis Marn de San Martín, integrante de la Orden de San Agustín.
También hizo referencia al secretario general del Sínodo de los Obispos, el cardenal Mario Grech, oriundo de la sureña nación isleña europea de Malta, quien desempeña el cargo desde setiembre de 2020.
La hermana señaló, igualmente, la coincidencia entre su designación y el centenario de la orden religiosa a la que pertenece.
“También recibo este nombramiento como monja javeriana, llevado con toda mi comunidad que acaba de entrar en su centenario”, expresó, en alusión a la Institución Javeriana Hermanas de San Francisco Javier, congregación católica femenina fundada en Madrid.
“Y creo que esta llamada a la sinodalidad está muy en consonancia con el carisma de los Javerianos, que es ser un vínculo entre la Iglesia y los que están lejos de ella, para trabajar por la reconciliación y la unidad”, reflexionó, a continuación.
“Así que, también con esta vocación de javeriana, tengo el deseo de servir a esta nueva misión para la sinodalidad en la Iglesia de la mejor manera posible”, aseguró.
En declaraciones reproducidas por diferentes medios de comunicación, Grech señaló que la designación de Becquart genera un precedente.
El papa Francisco ha “resaltado, varias veces, la importancia de que las mujeres se involucren más en los procesos de discernimiento y toma de decisiones en la iglesia”, expresó.
“Y, en los sínodos recientes, el número de mujeres que participan como expertas u observadoras, sin derecho a voto, ha aumentado”, precisó.
“Con el nombramiento de la hermana Nathalie Becquart y la oportunidad de que participe con derecho a voto, se ha abierto una puerta”, planteó el cardenal, para agregar que, “entonces, veremos qué otros pasos se pueden tomar en el futuro”.