Casi veinte emprendedoras rurales en el sector costura son beneficiarias de un proyecto de apoyo mediante el cual recibieron nuevas máquinas de coser, informó el Instituto Costarricense de Desarrollo Rural (Inder).

Las 17 mujeres -mayoritariamente, jefas de hogar-, asentadas en varias comunidades en el área de la ciudad de Grecia, en el centro de Costa Rica, son, individualmente, propietarias de instalaciones en las cuales desarrollan su actividad, agregó.

La iniciativa es impulsada por el Inder y la Municipalidad de Grecia, precisó el instituto, en un comunicado.

Las emprendedoras “estrenaron sus nuevas máquinas, lo que les permitirá tener mejores herramientas para aumentar sus pequeños negocios”, señaló, además.

“Cada una de las beneficiadas cuenta con un local donde realizan sus trabajos de costura (…) que son parte esencial de los ingresos de estas familias rurales”, aseguró.

Los talleres generan trabajo para otras mujeres, quienes tendrán la oportunidad de desempeñar labores en esas instalaciones, puntualizó.

“En total, además de las 17 beneficiadas directas, otras 40 mujeres también recibirán beneficios con la iniciativa, ya que podrán trabajar en los talleres de costura”, señaló la institución gubernamental encargada de promover el desarrollo de las comunidades rurales del país centroamericano.

Para la implementación de la iniciativa, el Inder invirtió 67 millones de colones (algo más de 109 mil dólares), fondos generados por su programa Fomento a la Producción y Seguridad Alimentaria, indicó.

El proyecto de máquinas de coser es desarrollado, conjuntamente, por el Inder y Oficina de la Mujer, de la Municipalidad de Grecia, de acuerdo con lo señalado en la información oficial.

“De esta forma, se consolida una nueva iniciativa que es parte de los lineamientos estratégicos del Inder 2019-20222, establecidos por la Institución, con el fin de acelerar la competitividad territorial”, explicó el instituto.

En declaraciones difundidas por el Inder, junto con el comunicado, María de los Ángeles Alfaro, una de las beneficiarias, expresó que el instrumento de trabajo que recibió el 5 de febrero, al igual que las otras emprendedoras, la ayudará en el esfuerzo por recuperar las finanzas familiares, severamente afectadas por el impacto, en Costa Rica, de la pandemia mundial del nuevo coronavirus.

Según los datos de la estadounidense Universidad Johns Hopkins -que monitorea y actualiza cotidianamente las cifras-, la crisis sanitaria, estallada en este país el 6 de marzo del año pasado, ha generado, al 8 de febrero, poco más de 196 mil casos, lo que ubica al país en el segundo lugar más afectado en el istmo centroamericano -después de Panamá, cuyo registro es algo superior a 327 mil-.

“Para mí, es lo mejor que nos pudo haber pasado”, expresó Alfaro, respecto a la distribución de los implementos de trabajo.

“Yo tengo, ya, casi, como treinta años -o más- de estar cosiendo, pero yo estoy cosiendo con una maquinita casera”, la que “ronda entre los 60, 70 años”, agregó.

“Pero, mi misión es ampliarme a más”, indicó la costurera, quien, entre otras prendas, confecciona ropa para niños.

Asimismo, y más recientemente, “con la maquinita que yo tenía, bueno, de momento, he vendido muchas mascarillas, bueno, por el momento de la pandemia”, explicó, además.

Alfaro relató que, “cuando comenzó la pandemia, mi esposo quedó sin trabajo, y, ahí, pasamos casi seis meses sin él trabajar”.

“Entonces, con lo que yo hacía, acá, en la casa, íbamos, ahí, pasando”, siguió narrando, para reafirmar que, “ahora, mi meta es avanzar, y superar esta etapa”.

“Porque es cierto que mi esposo consiguió trabajo, pero consiguió otro trabajo donde estamos, nosotros, con menos de la mitad del sueldo que él ganaba antes”, aclaró.

La emprendedora planteó, a manera de reflexión, que “mi misión es, ahora, ya que tengo la maquinita, trabajar más (…) para poder salir adelante, en la economía del hogar, y poder brindar un servicio, también, a los vecinos -porque yo le hago cosas, a los vecinos, y al que lo necesite-”.