Casi cuatro mil mujeres fueron asesinadas en el 2022, pero menos de la mitad de los casos se investigó como femicidio

La violencia de género mantiene una dramática tendencia a agudizarse -y ser invisibilizada- sin obstáculo, en México, donde solamente en 2022, casi cuatro mil mujeres fueron asesinadas, pero menos de la mitad de los casos se investigó como femicidio, de acuerdo con cifras oficiales.

La desproporción refleja, por una parte, un fuerte componente patriarcal lo mismo en la investigación que en la judicialización de las muertes violentas de mujeres, así como la discriminatoria tendencia a naturalizar la incidencia de la más brutal manifestación del machismo agresor, contexto que se repite a nivel mundial.

En el caso mexicano, en opinión de un magistrado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, todos los asesinatos con víctimas femeninas tendrían que abordarse como femicidios.

Los más recientes datos anuales, revelados, al inicio de febrero, para la totalidad de 2022, por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp), los asesinatos convíctima femenina fueron 3,754.

Sin embargo, apenas 947 -algo más de 30 por ciento– fueron calificados como femicidio, frente a los restantes 2,807 -casi 70 por ciento- tipificados como homicidio doloso (asesinato intencional), según el Sesnsp -entidad autónoma adscrita a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana-.

El cálculo oficial ubica al año pasado, en el período2015- 2022, como el segundo más violento -después de 2019, que registró 2,875 casos.

En esa línea de tiempo, la tendencia a esa manifestación de inseguridad ciudadana presenta una tendencia general en aumento.

De acuerdo con los números del Sesnsp, 2015 presentó la incidencia menor de asesinatos de mujeres (1,734 casos), disparando la tendencia alcista, con solamente dos tenues descensos, aunque siempre en cifras elevadas.

De ese modo, 2016 subió a 2,187 tales crímenes, 2017 aumentó a 2,535, 2018 pasó a 2,759, y 2019 marcó la culminación, disparando el número a 2,875, para dos leves descensos, respectivamente en 2020 (2,800) y en 2021 (2,749), pero retomando la tendencia en 2022, con 2,807 casos.

El desglose por cada uno de los 31 estados que constituyen el país latinoamericano, muestra al central Guanajuato con la mayor incidencia -413 mujeres asesinadas-, delante del noroccidental Baja California -limítrofe con Estados Unidos-, que presentó 276, y el también central estado de México, y su registro de 269.

Los cálculos del Sesnsp indican que la cifra global para el año pasado, implica que el promedio de mujeres asesinadas, a nivel nacional, se mantuvo en aproximadamente 10 por día.

En declaraciones reproducidas el 27 de diciembre, por la agencia informativa estadounidense The Associated Press (AP), el entonces presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, ministro Arturo Zaldívar, planteó la necesidad de que todos los homicidios de mujeres sean considerados femicidios.

En tal contexto, es necesario contar con un protocolo nacional para el abordaje del femicidio, indicó, asimismo, Zaldívar, actualmente integrante de la Primera Sala del tribunal superiorencargada de temas civiles y penales-.

En la información que difundió ese día, AP precisó que “algunos estados (mexicanos) han intentado abordar el problema creando fiscalías para delitos de género”, además de que “el gobierno federal ha declarado más de dos docenas de alertas por violencia de género desde 2015 a pedido de grupos de la sociedad civil”.

Estas alertas obligan a las autoridades locales, estatales y federales a tomar medidas de emergencia coordinadas y garantizar la seguridad, la prevención y el acceso a la justicia”, explicó la agencia.

Pero las propias autoridades han reconocido que los beneficios de las alertas y otras medidas han sido limitados”, agregó, a continuación.

AP también citó a la organización no gubernamental Impunidad Cero -que analiza el alto nivel de impunidad que protege a los fenecidas-, que señaló, en su informe correspondiente a diciembre, que la tasa nacional de femicidios, para 2021, fue de 1.55 por cada 100 mil mujeres, lo que significó un aumento de 125 por ciento respecto a 2015, pero denunció que apenas 27 por ciento de los casos fue tipificado en esa categoría.

En declaraciones reproducidas en la misma nota informativa, la coordinadora del no gubernamental Observatorio Ciudadano Nacional del Femicidio(Ocnf), María de la Luz Estrada, planteó que la baja tipificación de ese crimen obedece a varios factores de naturaleza institucional.

Se trata de “errores en las investigaciones, que van desde la preservación inadecuada de las escenas del crimen hasta la corrupción entre las policías locales y estatales, que, en algunos casos se confabulan con los delincuentes”, dijo.

En opinión de la experta, “el problema está en una descomposición total de un sistema de justicia colapsado”.

Por su parte, la directora de la Fiscalía Central para la Atención de Delitos Vinculados a la Violencia de Género del Estado de México, Dilcya García, destacó factores culturales enmarcados en el dominante patriarcado social, al explicar la tendencia institucional a minimizar la seriedad del fenómeno.

La violencia contra las mujeres es muy compleja de abordar, y muy compleja de erradicar”, señaló, parea agregar que, en ello, inciden “los patrones socioculturales, aquellas conductas aprendidas”, factores que “van generando y, en muchas ocasiones, incluso, demandandola violencia contra las mujeres”.

Foto: Amy Farías