El Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) lanzó una nueva iniciativa mundial para combatir la violencia de género en línea: bodyright.
La denominación -que podría traducirse como “derecho de cuerpo”, o “derecho corporal”- deriva de copyright -el universal derecho de autor, o derecho intelectual, en términos generales-.
La creación del símbolo apunta a erradicar la agresión que, contra mujeres, adolescentes, y niñas -además de personas de minorías étnicas, y de la población sexualmente diversa-, se desarrolla en redes sociales, en indetenible espiral ascendente.
Esto, mediante el uso, principalmente, de fotografías y material audiovisual, de naturaleza íntima, que son reproducidos sin el consentimiento de las víctimas.
Se trata de conductas machistas conocidas con denominaciones tales como contenidos ultrafalsos -imágenes alteradas al ser sometidas a inteligencia artificial-, o acciones de pornovenganza -en términos generales, la difusión de imágenes íntimas, de mujeres, por parte de parejas o ex parejas, en contextos de conflicto personal-.
En tal cuadro de situación, el Unfpa -uno de cuyos cometidos consiste en erradicar la violencia de género, en todas sus manifestaciones-, está implementando una campaña mundial para que las mujeres adopten el símbolo bodyright -una letra “b”, minúscula, dentro de un círculo, similar al tradicional emblema ©, que representa al copyright-, cuando difundan, en redes sociales, materiales gráficos en los que se las vea.
Respecto al nocivo fenómeno social, y a la reacción de la agencia especializada de Naciones Unidas, en declaraciones al medio de comunicación estadounidense Independent, la directora ejecutiva del Unfpa, la médica panameña Natalia Kanem, advirtió sobre la agresividad machista en línea.
“Implacable, sin fronteras, y, a menudo, anónimo: el mundo en línea es la nueva frontera para la violencia de género”, expresó la funcionaria internacional, citada en el artículo que Independent difundió el 13 de diciembre, y que tituló “La campaña ‘bodyright’ de la ONU pide una mayor protección en línea para las mujeres”.
“Es hora de que las empresas de tecnología, y los legisladores, se tomen en serio la violencia digital”, planteó Kanem, como advertencia.
“En este momento, los logotipos corporativos y la propiedad intelectual protegida por derechos de autor, reciben una mayor protección en línea que nosotras, como seres humanos”, denunció, a continuación.
Independent citó, además, datos de la Unidad de Inteligencia (Intelligence Unir) del centenario periódico británico The Economist, para indicar que, a nivel mundial, un 85 por ciento de las mujeres ha sido víctima o testigo de violencia digital de género, y, más específicamente, que 38 por ciento de esa población se encuentra en el primer grupo.
También informó, apoyado sobre cifras del medio de comunicación europeo, que, en materia de acoso cibernético, las agredidas representan 66 por ciento, mientras que 57 por ciento ha padecido abuso, puntualmente, por la vía de difusión de imágenes fijas y videos.
Según la misma fuente original, una tercera parte se vio afectada psicológicamente.
En el marco de la campaña promotora del bodyright, el Unfpa está solicitando la firma de una petición, dirigida a autoridades gubernamentales y a líderes empresariales del sector tecnológico, y titulada “Gobiernos y Grandes Tecnológicas: Reconozcan los derechos online de las mujeres”.
Al dirigirse a “responsables políticos, directores generales y operadores de redes sociales”, quienes firman el texto, les indican que “ustedes son los líderes del gobierno y del sector privado en quienes confiamos para garantizar que los espacios en línea sean seguros e inclusivos”, ya que, “para muchos de nosotros, especialmente para las mujeres y las niñas, no lo son”.
También plantean que “ustedes pueden ayudar a cambiar esta situación”, teniendo en cuenta que “el uso no consentido, el mal uso o el abuso de las imágenes en línea de las personas es una violación de los derechos humanos”.
En ese sentido, “hay medidas concretas que necesitamos que tomes para ayudar a defender nuestros derechos en línea”.
Por lo tanto, “hacemos un llamamiento a los responsables políticos para que adopten, modifiquen y apliquen una legislación clara que tipifique como delito el uso no consentido, el uso indebido o el abuso de las imágenes de las personas en línea”.
La idea consiste en que ese paquete de disposiciones, además, “cree una obligación legal para que las empresas tecnológicas y las plataformas de redes sociales pongan en marcha sistemas eficaces de moderación y denuncia”.
Asimismo, plantean, como punto fundamental, que “la sociedad civil, los expertos y las propias supervivientes deben participar en el diseño y la evaluación de la normativa”.
Simultáneamente, “hacemos un llamamiento a las plataformas tecnológicas y de redes sociales para que mejoren y amplíen su moderación activa de contenidos, y para que eliminen inmediatamente las imágenes dañinas y abusivas sin requerir órdenes judiciales que retrasen las respuestas”.
En tal sentido, “los procesos y herramientas de denuncia para los usuarios deben ser accesibles, fáciles de usar y receptivos, y las plataformas deben apoyar a los usuarios en la gestión y el control de quién puede ver, compartir y comentar sus contenidos”, recomiendan.
“Sólo si reivindicamos nuestra autonomía corporal en Internet -nuestro derecho corporal- podremos frenar la devastadora violencia de género que se inflige cada día en las pantallas de todo el mundo”, aseguran los miles de firmantes
Por otra parte, el Unfpa exhorta, en el espacio de su sitio en Internet dedicado a bodyright, a que quienes difundan fotos u otros materiales gráficos, se impriman, en la piel, el símbolo de la “b” dentro del círculo.
Asimismo, sugiere agregar, a las imágenes, consignas tales como “mi bodyright, mis reglas”, “si la música tiene derechos, nuestros cuerpos también deberían tenerlos”, “por qué una canción es más protegida, en línea, que mi cuerpo?”.
Igualmente, propone que el símbolo sea incluido en historias difundidas en la red social Instagram.
Al explicar detales de la campaña, el Unfpa denuncia que “la violencia digital va en aumento. Es implacable, sin fronteras y a menudo anónima”, y puntualiza que “la violencia digital incluye el acoso en línea, los insultos denigrantes, el abuso y el mal uso sexual no consentido de las imágenes”.
Si bien las principales víctimas son mujeres y niñas, los integrantes de la comunidad diversamente sexual, lo mismo que de otros grupos marginados, también son objeto de la agresión de esta naturaleza, la que “afecta a todo el mundo”, agrega.
Perpetrado el ataque, “cualquiera que intente recuperar el control de sus imágenes se encuentra con un acceso limitado a los servicios para poner fin a la violencia y con pocos derechos legales”, denuncia, además, la agencia especializada mundial.
“La violencia digital provoca un malestar psicológico y emocional a largo plazo y puede tener un impacto sustancial y devastador en la vida de las personas”, por lo que, “muchas, sobre todo las niñas y las mujeres, abandonan por completo los espacios en línea”, indica.
En el análisis que realiza, del problema, el Unfpa explica que “el abuso en línea es una violación de los derechos humanos y de la autonomía corporal. Pero la realidad es que las personas no son dueñas de sus cuerpos en línea. Esto debe cambiar”.
En el prólogo de un informe que la agencia de Naciones Unidas dio a conocer el 14 de abril, con el título “Mi cuerpo me pertenece. Reclamar el derecho a la autonomía y la autodeterminación”, Kanem advirtió, específicamente, que, “privar a las mujeres y las niñas de su autonomía corporal es inaceptable: alienta y refuerza las desigualdades y violencia generadas por la discriminación de género”.