XXV Aniversario de la Promulgación de la Ley 7566 Creación del Sistema de emergencias 9-1-1 y XXVII Aniversario de la primera llamada al 9-1-1.
En toda buena labor hay fruto, el 21 de enero de 1994 se inauguró la Central Única de Emergencias y el servicio fue una realidad, gracias a la extraordinaria colaboración interinstitucional y las voluntades políticas del momento. En aquel entonces Costa Rica se colocó a la vanguardia en América Latina en atención de las emergencias y hasta la fecha nos mantenemos como un referente en coordinación interinstitucional, tanto así que en los últimos 2 años se ha participado en eventos internacionales, presenciales y virtuales en que dicha experiencia ha sido reconocida.
Durante los últimos 27 años en forma ininterrumpida durante las 24 horas del día hemos estado presentes en la vida de los costarricenses, atendiendo llamadas y coordinando la ayuda con las instituciones de emergencia y las de apoyo. A diciembre 2020 aproximadamente serán más de 110 millones de llamadas atendidas y más de 30 millones de reportes de incidentes de emergencias tramitados.
Es un servicio diseñado para proteger y salvaguardar la integridad física de las personas y sus bienes, en el cual se esborda la sinergia de 12 grandes instituciones, cada una especializada, con personal altamente calificado para atender las emergencias en cualquier lugar del país las 24 horas del día. A través de un único número de tres dígitos “9-1-1”, se puede reportar cualquier emergencia en cualquier lugar del país, acortando los tiempos de respuesta y asegurándose una acción interoperativa de estas 12 instituciones con una sola llamada.
Los funcionarios del 9-1-1 tenemos una alta vocación de servicio público, no hay mayor satisfacción para un ser humano que brindar su ayuda a otro, eso nos llena de orgullo y pasión. Sin excepción, los funcionarios actuales, pensionados y otras personas que han forjado esta institución en distintas formas y momentos.
Reconocemos en nuestros Operadores de Emergencias a los “héroes silenciosos” del Sistema de Emergencias de Costa Rica que con compromiso, disciplina, solidaridad y humanismo día a día entregan lo mejor de sí mismos, incluso a costa de su propia seguridad y riesgo.
El 9-1-1 somos nosotros, somos todos, un gran país, en que instituciones públicas, empresas privadas y los ciudadanos convergen en un sistema que permite brindar un servicio de primer orden. Al hacer unos análisis en retrospectiva de tantos logros, vislumbramos un futuro brillante en los próximos 25 años, capitalizando la experiencia, la entrega y la mística de trabajo y orientando los esfuerzos para incorporar la tecnología de punta que ofrece la revolución industrial que vivimos en esta era digital.
La conmemoración del XXV aniversario de la emisión de la Ley 7566 el 18 de diciembre de
1995 evidencia que su promulgación fue un paso significativo en el fortalecimiento de la institucionalidad costarricense, es un Sistema pensado y diseñado para ofrecer a la población un mejor servicio en la atención de las emergencias, es un excelente ejemplo del ejercicio de las potestades del Estado “para y por el pueblo” y nos permite recordar que esa es la forma en que los funcionarios públicos debemos actuar: pensando y anteponiendo el interés público siempre!
Hoy se reconoce el esfuerzo de hombres y mujeres, líderes que promovieron en 1994-1995 la creación de esta gran institución y que deja en evidencia lo mejor de la idiosincrasia de ser costarricense, cuando sin importar las condiciones, personas se esfuerzan cada día por llevar ayuda a quienes más lo necesiten, incluso a riesgo de su propia vida.
Nos corresponde emprender un nuevo esfuerzo para mantener a Costa Rica entre los países mejor organizados en la atención de emergencias, incorporando nuevos y mejores estándares tecnológicos dentro de la operación, el reto es complejo, significa aprender una nueva forma de gestión que sea integral y armonizada, pero también deberá ser eficiente y automatizada, en la cual el eje de control interno será parte fundamental de una cultura y ambiente de trabajo a instaurar para todos.
La transformación digital no sólo significa mejorar, sino que implica sostener este nuevo modelo para que sea constante y duradero, lo cual pondrá a prueba la capacidad de esa organización y de las instituciones de respuesta, en adaptarse y prosperar continuamente hacia una forma de trabajo más colaborativa, más eficiente, mejor coordinada, de manera que puedan resolver de mejor forma y con métodos diferentes los retos que se presenten en materia de emergencias, para beneficio del país y sus habitantes.