A causa de la pandemia mundial del nuevo coronavirus, las mujeres quienes se desempeñan en el sector o formal de la economía, realizando ventas en mercados, enfrentan crecientes obstáculos, por lo que altos números de esa población se dedica, ahora, en los mismos lugares, a la mendicidad.
Al formular la revelación, directora ejecutiva de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), la sudafricana Phumzile Mlambo-Ngcuka, explicó que se trata de emprendedoras autoformadas quienes carecen de contrato y, por lo tanto, pierden, fácilmente, su fuente de ingresos.
Al mismo tiempo, en la economía formal, más mujeres están desarrollando teletrabajo, también como resultado de la emergencia sanitaria global, indicó, en diálogo con el periódico británico The Independent.
Esto significa que, tras haberse logrado, a lo largo de años, una creciente presencia femenina en el mercado de trabajo asalariado en términos generales, ahora, una proporción importante de esa población está regresando al ámbito doméstico, sobrecargada, además, con tareas de hogar no remuneradas, agregó la funcionaria.
“Ya no es posible que las mujeres quienes están en el sector informal, quienes venden en mercados, en espacios abiertos, lo hagan, debido al distanciamiento social”, señaló, en alusión a una de las medidas que la mayoría de gobiernos implementa para evitar una mayor propagación del virus causante de la Enfermedad Coronavirus 2019 (Coronavirus Disease 2019, Covid-19).
“De modo que, las mujeres, van a lugares donde solían vender, pero ahora están yendo para mendigar”, denunció Mlambo-Ngcuka, quien también se desempeña como subsecretaria general de las Naciones Unidas, en las declaraciones que el medio de comunicación reprodujo el 11 de abril.
“Las mujeres quienes eran emprendedoras hechas a sí mismas, ahora son mendigas”, reafirmó la jerarca, una ex vicepresidenta (2005-2008) de Sudáfrica.
Al respecto, precisó, adicionalmente, que “las mujeres trabajan en sectores que han sido afectados por Covid”, y “también trabajan en áreas donde habitualmente no hay contratos que imponer, de modo que son fáciles de despedir”.
“Las mujeres no tienen ahorros para mantenerse a flote en malos tiempos”, continuó señalando, para puntualizar que, “si no se cuenta con intervenciones gubernamentales, entonces, ellas están solas”.
Respecto a la fuerza laboral femenina del sector formal de la economía, Mlambo-Ngcuka planteó que, “con más mujeres trabajando desde el hogar, durante la pandemia, estamos trasplantando, a mujeres, desde oficinas y lugares de trabajo fuera del hogar, de regreso al hogar”, lo que las envía “de regreso a la cocina, donde enfrentan una aumentada carga de cuidados”.
“La noción de que el lugar de la mujer está en la cocina, o en el hogar, ha regresado de manera agresiva”, advirtió, además de indicar que “la preferencia, en muchos lugares, es que el hombre salga a trabajar”.
La funcionaria aclaró que “las niñas y las mujeres son igualmente afectadas”, y, al respecto, planteó la alarma de que, consecuencia de ello, está formándose lo que describió como una “generación perdida, de niñas”.
En el segundo aspecto, precisó que los casos de matrimonios infantiles han aumentado, en el marco de la pandemia, a causa de que son numerosas las familias que procuran, por esa vía, obtener dinero.
“En algunos casos, la desesperación de gente viviendo amontonada, con la pérdida de ingreso, y gente bajo estrés, significa que las mujeres se hallan en situación de riesgo, sin manera fácil de salir de la casa”, dijo.
Al respecto, a manera de ejemplo, informó que la violencia doméstica se ha disparado en proporciones de 30 o 40 por ciento, en algunos países.
En alusión al abuso de género, señaló que es causado por una multiplicidad de factores.
“Muchas de nosotras, quienes trabajamos en esta área, estamos, en realidad, considerablemente sorprendidas por el número de diferentes razones que disparan la violencia contra las mujeres”, comenzó a explicar.
“Los hombres son violentos, cuando su equipo pierde”, también lo son “cuando tienen problemas financieros”, así como “cuando tienen una mujer quien es más exitosa”, o “cuando su cultura les enseña a tratar, a las mujeres, como propiedad”, detalló, a continuación, citando algunos ejemplos.
En cuanto a la compleja situación de la población femenina a nivel internacional, a causa de la emergencia sanitaria, The Independent citó, en la nota sobre la entrevista con Mlambo-Ngcuka, datos de diversas organizaciones internacionales lo mismo dedicadas al análisis estadístico que a la defensa de los derechos humanos.
“Datos de Oxfam que anteceden a la pandemia, muestran que las mujeres, en el mundo, ya eran más propensas que los hombres a vivir en pobreza”, y que “las mujeres están concentradas en las formas menos remuneradas de empleo, con las mujeres ganando 24 por ciento menos que los hombres, a escala global”, señaló.
“Un reciente estudio de McKinsey, halló que las mujeres son 39 por ciento de la fuerza laboral global, pero constituyen 54 por ciento del total de la pérdida de trabajo, mientras que las pérdidas de trabajo de las mujeres, a causa de la pandemia son 1.8 veces más altas que las de los hombres”, agregó.
Por otra parte, “la organización sin fines de lucro Room to Read (Salón de Lectura), que ayuda a niños en comunidades de bajos ingresos a desarrollar habilidades en materia de alfabetización, dijo que niñas adolescentes habían abandonado (la educación) durante la pandemia, con investigadores advirtiendo que la incertidumbre financiera aumenta la presión para buscar dinero, lo que puede conducir a matrimonio infantil o a tráfico sexual y otras formas de explotación”, informó.