Las mujeres y niñas se enfrentan a una realidad social inhumana en Haití, expuestas a violencia física y psicológica, caracterizada por golpizas, intimidación, violación grupal y asesinato
La indefensión ante la imperante violencia pandillera -que incluye abuso sexual- es la inhumana realidad de cada día, para la población femenina en Haití, particularmente la de escasos recursos -la mayoritaria- en Puerto Príncipe, la capital nacional.
El número de desplazados por la ausencia de seguridad, dentro del sudoccidental Departamento (Provincia) del Oeste (Départment de l’Ouest) -donde se ubica la costera capital del isleño país caribeño-, es superior a 160 mil -mujeres, en más de 50 por ciento-.
Citada en un comunicado que, sobre la crisis socioeconómica y de seguridad haitiana, el no gubernamental Comité Internacional de Rescate (International Rescue Committee, IRC) emitió, el 4 de diciembre, Nathalie Eleonor Vilgrain, coordinadora general de la organización feminista Marijàn, denunció que “las mujeres y niñas se enfrentan a una realidad social inhumana”.
Las del abrumadoramente mayoritario sector poblacional de escasos recursos, son las más fuertemente golpeadas por el bruital contexto que presenta el fallido estado haitiano, de acuerdo con lo señalado por la activista local.
Según cálculos del Banco Mundial (BM), un sesenta por ciento de la población haitiana -estimada en casi 11.5 millones, un 50.5 por ciento de la cual está constituida por mujeres- vive en situación de pobreza.
La dirigente de Marijàn señaló que, mujeres y niñas habitantes de “los barrios marginados, están expuestas a violencia física y psicológica”.
Se trata de un contexto caracterizado por “golpizas, intimidación, violación grupal, y asesinato”, que “son sólo algunos de los métodos que utilizan las pandillas, para establecer su dominio, forzando, a las mujeres y niñas, a una sumisión total”, siguió planteando.
Por otra parte, “las pocas mujeres que logran escapar de estos barrios, y que buscan refugio en campamentos para personas desplazadas en el área de Puerto Príncipe, no están exentas de situaciones de maltrato y abuso, agresiones físicas y verbales, explotación sexual y embarazos forzados”, precisó.
Por su parte, la directora de Emergencias del IRC, la estadounidense Nora Love, coincidió con lo planteado por Vilgrain, al señalar que “Haití viven desde hace más de una década, una inestabilidad política, y unos niveles de inseguridad, sin precedente”.
“La intensificación de la brutalidad a la que se enfrentan las personas haitianas, es extremadamente preocupante”, aseguró.
Eso es así, “especialmente, para las mujeres y las niñas, cuya vulnerabilidad es aún más explotada por las pandillas, con una influencia cada vez mayor en todo el país”, agregó.
“Acceder a la protección y a la salud ya ha sido difícil, debido a la saturación de los sistemas públicos”, planteó, a continuación.
En tal contexto, “la violencia extrema de las pandillas está poniendo en peligro la capacidad de nuestras organizaciones socias para llevar a cabo su trabajo, agravando, aún más, la vulnerabilidad de nuestros y nuestras clientes”, siguió explicando.
En ese sentido, IRC informó, en el comunicado, a manera de ejemplo, que, “con el apoyo del IRC, Marijàn ha ayudado a más de 800 sobrevivientes de violencia sexual entre los meses de mayo y septiembre”.
Ello, “brindando apoyo psicológico, tanto de manera individual como grupal, además de ofrecer otros servicios para prevenir y responder a la violencia de género (VG), incluyendo la organización de talleres sobre temas legales”, acciones mediante las cuales “casi 100 mujeres han recibido asistencia en efectivo, y empoderamiento económico”, informó.
De acuerdo con lo informado en su sitio en Internet, IRC fue constituido, en julio de 1933, en la nororiental ciudad estadounidense de Nueva York, a iniciativa del científico y refugiado alemán Albert Einstein (1879-1955), quien, llegado a Estados Unidos, huyendo del régimen nazi (1933-1945), se naturalizó como ciudadano de ese país.
Establecido, entonces, para ayudar a ciudadanos alemanes quienes buscaron refugio en Estados Unidos, el comité trabaja, actualmente, en más de medio centenar de países que presentan diferentes tipos de situaciones críticas, a nivel mundial, según la misma fuente.
IRC “ayuda, a personas afectadas por crisis humanitarias -incluida la crisis climática, a sobrevivir, recuperase, y reconstruir sus vidas”, según los datos oficiales.
Por su parte, igualmente su sitio en la red, Marijàn, fundada en 2020, se describe como “un organismo feminista que reconoce que las mujeres tienen derecho a la libertad, la solidaridad, y acceso a una justicia igualitaria”.
También informa que es “una organización feminista formada por un grupo de feministas jóvenes”, y que su nombre “es en homenaje a una hermana de lucha por la libertad”, a quien no identifica.
Respecto a su labor, señala que despliega su actividad “alrededor de servicios para las mujeres y las niñas sobrevivientes de violencia basada en género (VBG), y en torno a programas que apuntan a la igualdad entre los géneros”.
“Su proyecto VBG le permite ofrecer un acompañamiento jurídico, médico, y psicológico, las sobrevivientes de violencia”, agrega.
IRC denunció, asimismo, en el comunicado, que, en términos generales, “la inestabilidad política, la violencia de las pandillas, el aumento de la inseguridad alimentaria, los brotes de enfermedades, y los impactos climáticos han provocado que 5.2 millones de personas necesiten ayuda humanitaria en Haití”.
Además, citando datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (United Nations Population Funda, Unfpa), informó que “más de 5,400 víctimas de la violencia de las pandillas -incluidos casi 3,000 asesinatos y más de 1,000 secuestros- fueron denunciadas (…) entre enero y finales de septiembre de 2023”.
También reveló que “la violencia (…) está llegando a nuevos departamentos, fuera del área metropolitana de la capital (…) a medida que las pandillas organizadas intentan ampliar sus zonas de influencia”.
Respecto a la brutal realidad haitiana -agudizada hace aproximadamente un año, y centrada principalmente en Puerto Príncipe y alrededores-, un grupo de expertos de Naciones Unidas en materia de derechos humanos, denunció que el cuadro de situación es caótico.
Citados en un comunicado que la organización mundial difundió, el 10 de mayo, en su sitio en Internet, los especialistas señalaron que el hecho de que la ley no rige en las áreas contradas por las pandillas está generando un masivo desplazamiento en el territorio nacional -desde la capital, hacia otras ciudades-.
Ello, además de que incide, marcadamente, en el indetenible fenómeno migratorio
-principalmente, hacia Estados Unidos-, precisaron.
“Las bandas armadas buscan expandir su área de influencia en un contexto de impunidad generalizada”, para lo cual “tomaron el control de las zonas urbanas cometiendo asesinatos, actos violentos, violaciones, secuestros e intimidaciones”, relataron.
Según los especialistas. “en un contexto tan aterrador, parece que la violencia sistemática contra las mujeres y las niñas, incluida la sexual, se utiliza como instrumento de poder y como medio de ejercer el control territorial por parte de bandas rivales que asolan la capital desde hace más de un año”.
Por otra parte, al revelar, el 7 de agosto, detalles de la dramática situación del isleño país del Caribe francoparlante, Noticias ONU -la agencia informativa de Naciones Unidas- denunció que la afectación, para las víctimas, principalmente de la población femenina, es lo mismo física que psicológica -además de extendida en el tiempo-.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (United Nations Children’s Fund, Unicef) “confirmó este lunes (7 de agosto) un alarmante ascenso en el número de secuestros de mujeres y niños en Haití”, indicó el medio de comunicación.
“Según los últimos datos que maneja el organismo (Unicef), durante los primeros seis meses de 2023 se produjeron cerca de 300 raptos, una cifra que iguala el registro de todo el año pasado y casi triplica los números de 2021”, precisó.
“En la mayoría de los casos, el móvil de los grupos armados es utilizar, a estas personas, con fines económicos o tácticos”, agregó, a continuación.
Noticias ONU informó, asimismo que, “aparte de los profundos traumas a los que se enfrentan mujeres y niños, los informes de UNICEF también indican que el sistema sanitario local se encuentra al borde del colapso y que las escuelas siguen siendo atacadas” por pandilleros.
Foto: Safari Consoler