Patricia Mora anunció hoy su renuncia al cargo de ministra de la Condición de la Mujer, que también incluye el de presidenta ejecutiva del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu), por considerar inaceptable la gestión del presidente costarricense, Carlos Alvarado, particularmente em lo que tiene que ver con la negociación de un crédito con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Al explicar, en fuertes términos, su decisión, Mora se declaró indignada y preocupada por el manejo presidencial de lo que describió como temas que son del interés nacional.
En el texto que, con el título “La explicación de mi renuncia”, y difundió en la red social Facebook, también denunció intromisión de sectores empresariales en el quehacer del Poder Ejecutivo, algo que calificó de vergonzoso.
“En mi calidad de ciudadana de un país en el que por generaciones se ha trabajado en el fortalecimiento de la vida democrática, hago pública mi renuncia al cargo de Ministra”, indicó.
Ello, “producto de la indignación y preocupación por la manera en que se han manejado en los últimos días asuntos de interés nacional y que para mí, como mujer política que ha sido integrante del Consejo de Gobierno, son absolutamente inaceptables”, señaló, a continuación.
Mora hizo, además, alusión al proceso de diálogo multisectorial desarrollado recientemente por el gobierno, para abordar diferentes problemas nacionales, y que resultó en un documento, con propuestas, entregado, el 2 de diciembre, al Poder Legislativo.
“En octubre pasado celebré como un hecho político relevante la instalación del espacio del diálogo nacional”, expresó la ministra dimitente, quien agregó que “participé así en las 12 sesiones realizadas, convencida de que era un ejercicio político noble y necesario”.
“Porque el vivir en una sociedad cruzada por desigualdades profundas y por intereses diversos y contrapuestos, me ha convencido de que el esfuerzo por RECONOCER -en el amplio sentido que esta acción tiene- a quienes son, viven y piensan distinto, es el punto de partida para avanzar en la consecución del BIEN COMÚN”, precisó.
“El pasado miércoles por la tarde, asistíamos al acto formal de entrega al Primer Poder de la República de los acuerdos logrados, después de largas horas de trabajo en las mesas de diálogo”, comenzó a relatar.
Esto, “conscientes de que dichos acuerdos eran modestos, pero entendiendo que se trataba de una puesta en común que permitiría seguir abonando, una vez más en nuestra historia, a lo que deseamos siga siendo la VÍA COSTARRICENSE”, agregó, en referencia al sistema democrático de Costa Rica.
“Y resulta que mientras diversos sectores estuvimos allí, entregando los acuerdos de diálogo, desconocíamos que don Carlos Alvarado y su equipo económico no solo ya habían tomado la importante decisión de iniciar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), sino que esta ya había sido comunicada al señor Director de la Nación, quien al día siguiente a primera hora salió a anunciar al país, en primicia, la decisión tomada.”, denunció.
La ministra dimitente, así, mención de la entrevista realizada por el director del periódico, armando González, al mandatario costarricense, y a la nota que, sobre ese diálogo, La Nación publicó bajo el título “Carlos Alvarado: ‘Sí, vamos a acudir al FMI’”.
“En la entrevista, o más bien interrogatorio, al que sometió al señor Presidente de la República, el editorialista no perdió oportunidad de advertirle a don Carlos sobre la inutilidad del esfuerzo de diálogo nacional. Que no se trataba de señalar ‘valores intangibles’, le dijo. Que allí se estaba hablando ‘de plata’… Y que a él le costaba mucho entender ‘el festejo por la conversación’, que le parecía observar en el Presidente”, señaló.
“Muestra inequívoca de desprecio por la lógica democrática”, reflexionó Mora, una ex le parlamentaria (2014-2018) por el izquierdista Frente amplio (FA).
“Es esa la voz de los sectores que no han tenido la lucidez de desprenderse de una pequeña porción de su comodidad privilegiada para contribuir a que quienes nada o poco tienen puedan vivir con un poco más de dignidad”, planteó, a continuación, en el texto de 11 párrafos.
Al ahondar en la explicación de su renuncia, Mora escribió que “estoy señalando un acto simbólico que da cuenta de la impertinente y vergonzosa intromisión de los grupos empresariales en el ámbito soberano del Poder Ejecutivo”.
Además, “estoy narrando un acto concreto que demuestra lo que hemos venido observando con enorme preocupación y que he denunciado en las sesiones del Consejo de Gobierno en reiteradas ocasiones: la práctica recurrente de despreciar el valor de la representación democrática, de imponer intereses corporativos en las decisiones de Estado, a espaldas de la población”, aclaró.
Se trata de “intromisiones que se traducen en desigualdad, en privilegios para algunos y pobreza, violencia y exclusión para otros y otras”, continuó denunciando.
Mora también hizo referencia a su labor al frente del Inamu, y lo que definió como su compromiso permanente con la defensa de la garantías fundamentales, en general, y de los derechos de la población femenina, en particular.
Ello, sin perjuicio de la difícil situación que, en particular para ese sector, implica el golpe, al país centroamericano, de la pandemia mundial del nuevo coronavirus.
“Por mi parte, tras dos años y medio de intensa labor en el Instituto Nacional de las Mujeres, reitero mi compromiso de seguir trabajando por los derechos humanos, por los derechos de las mujeres, una y mil veces ignorados y violentados”, aseguró.
“Y por conseguir -aún en condiciones adversas como las actuales- que prevalezca la esperanza de que la política pueda hacerse sin temor a los desacuerdos, procurando plataformas mínimas de coincidencias, con la aspiración inconmovible de garantizar una base mínima de ciudadanía a todos los seres humanos que habitamos este territorio y sin aceptar ninguna clase de presión ajena al interés superior patrio”, señaló.