“Sin igualdad no hay libertad”.
“Manolo, hoy te haces la cena tú solo”.
Esas fueron algunas de las frases que sonaron en la histórica huelga feminista llevada a cabo en las principales ciudades españolas el pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
Los colores morado y lila tiñeron las calles más transitadas de Madrid, Barcelona, Valencia, Pamplona y muchas otras durante esta manifestación, destinada a durar por lo menos 24 horas y en donde las mujeres, de todas edades, de todos ámbitos sociales y hombres que apoyan las luchas necesarias, se unieron para defender el derecho a la equidad salarial, por el cese de los estereotipos de género que normalizan la violencia machista en la sociedad y a todas las formas de represión intelectual, sexual y social que todavía, en pleno Siglo XXI, continúan siendo parte de la idiosincrasia de distintas naciones.
La marcha fue promovida por Organizaciones Feministas, partidos políticos, sindicatos, empresas del sector industrial, además de distintas organizaciones institucionales, ciudadanas y ciudadanos, todos y todas reunidas en medio de un ambiente pacífico e integral, haciendo caer en el proceso, el mito que los conservadores y opositores sostienen, que la lucha por los derechos de las mujeres es sólo una máscara de la anarquía y no un problema que afecta verdaderamente a la evolución humana en sociedad.
Foto por El País
También es importante destacar la labor que se ha llevado a cabo en los distintos pueblos; programas de educación y de inclusión forman parte de las comisiones de barrios y distintos sectores, en donde se brinda capacitación y espacios de diálogo a las personas más alejadas de los medios de información primarios o de las fuentes principales de producción.
Durante la apertura se recordaron distintos acontecimientos de la historia; las mujeres que lucharon por el derecho al voto, el derecho a la educación, a la inclusión laboral, y a todas esas mujeres que dieron sus vidas luchando durante la Guerra Civil, o en general, las que dieron sus alientos por los ideales y la esperanza de que el mundo llegue a estar más cerca de la justicia social, y por ende de la paz.