Los costarricenses debemos hacer un balance y comprobar que ciertamente y pese a todos los problemas económicos, sociales, políticos y de graves escándalos de corrupción, somos un país privilegiado.
Privilegiado por nuestros esfuerzos de convivencia pacífica, de solidaridad, de la búsqueda de la justicia social y la solidaridad.
Los desafíos y retos que se presentan a la sociedad costarricense nos obligan a pensar en la necesidad de llegar a grandes acuerdos nacionales. Desde la campaña pasada hemos venido proponiendo impulsar la construcción de un nuevo Pacto Social, considerando los esfuerzos que se han realizado a través de la Junta de los Notables y el Acuerdo Nacional firmado en octubre pasado por los representantes de todas las fracciones políticas en la Asamblea Legislativa.
Este Pacto Social se fundamenta en lograr las acciones y metas que conlleven al cumplimiento del primer eje de nuestra propuesta: el Desarrollo Humano. Las acciones fundamentales serán:
1.- Una reforma de las instituciones del sector público: que conlleve a lograr una gestión pública efectiva de las instituciones y que permita impulsar el desarrollo económico y social del país. Esa reforma del Estado incluye una reestructuración de las instituciones, con el fin de lograr una focalización de todas hacia la visión- país que planteamos.
2.- La integración de una única vía para superar los retos y desafíos del país. Un que vaya más allá de afinidades ideológicas y partidarias y que de ninguna manera se limite a un tema estrictamente fiscal, sino que responda a las necesidades de desarrollo económico y social del país con el fin de mejorar la calidad de vida de todos los costarricenses.
3.- El Desarrollo Humano para todos los costarricenses: trabajo, techo digno, rescate de valores, salud, educación.
Somos defensores de la familia como la primera institución social, adonde la persona encuentra su primer y principal núcleo de dependencia y responsabilidad social. En este sentido, la acción del Estado debe ser de apoyo, no de imposición, obstrucción o sustitución; por lo que las políticas, programas y proyectos del Estado deben estar encaminados a la promoción, protección y bienestar de las familias.
La sociedad costarricense está enferma, fracturada. Ha perdido sus valores esenciales, sus costumbres y tradiciones. Muchos de nuestros niños y jóvenes ni siquiera conocen la historia de los líderes que construyeron esta democracia. Debemos enfatizar en valores como la paz, la tolerancia, la comprensión, el respeto, el entendimiento, la fraternidad y la resolución de conflictos en forma asertiva y pacífica. Esto será posible desde las aulas.
La lucha contra la pobreza y la pobreza extrema es nuestra meta. No podemos permitir que el país continúe teniendo un crecimiento económico con desigualdad social. La lucha contra la pobreza y la pobreza extrema, será la mayor preocupación de nuestro Gobierno.
La paz solo podrá construirse cuando todo costarricense tenga un plato de comida en su mesa. La paz solo podrá construirse cuando todo costarricense tenga un empleo o una pensión digna. La paz solo podrá construirse cuando nuestros jóvenes y adultos mayores tengan acceso a una educación de calidad.
Son esas carencias, esos sentimientos de dignidad y nobleza del pueblo costarricense los que impulsarán nuestro compromiso de trabajar hacia un futuro mejor para todos.
En estos momentos el país requiere un nuevo pacto social que nos conduzca nuevamente hacia el camino del desarrollo, hacia el camino de la honestidad, hacia el camino de la ética. Y solo avanzaremos con el poder del pueblo.
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Msc. Rose Mary Carro
Candidata a la Segunda Vicepresidencia
Partido Republicano Social Cristiano (PRSC)