La nueva presidenta de Honduras, Xiomara Castro, la primera mujer quien desempeña el cargo en el país centroamericano, se comprometió, en su discurso inaugural, a defender los derechos de la población femenina.

En ese sentido, en la alocución de aproximadamente cuarenta minutos de duración, inmediatamente después de su juramentación -y de los tres designados presidenciales (vicepresidentes, incluida la ex diputada Doris Gutiérrez-, planteó la firme voluntad de combatir la violencia de género.

“La Presidencia de la República, nunca ha sido asumida por una mujer, en Honduras”, señaló, al inicio del mensaje, en el capitalino Estadio Nacional “Tiburcio Carías Andino”.

“Han tenido que pasar doscientos años, desde que se proclamó nuestra independencia”, para que esto ocurriese, dijo, a continuación, en referencia al bicentenario, como nación, cumplido, el 15 de setiembre del año pasado, por Honduras -conjuntamente con Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Nicaragua-.

“Estamos rompiendo cadenas, y estamos rompiendo tradiciones”, reflexionó.

“Este hecho histórico, sólo pudo surgir de la voluntad mayoritaria del pueblo”, subrayó, en alusión a la victoria que obtuvo en la votación presidencial enmarcada en las elecciones generales del 28 de noviembre.

“Ya no más violencia contra las mujeres”, expresó, haciendo referencia directa a la dramática situación que enfrentan las hondureñas, en materia de agresión machista, en todas sus variantes -en particular, los ataques físicos, entre los que se destaca el femicidio-.

“Voy, con todas mis fuerzas, para cerrar la brecha, y generar las condiciones, para que nuestras niñas puedan desarrollarse, plenamente, y vivir en un país libre de violencia”, enfatizó, en calidad de compromiso.

“Mujeres hondureñas: no le voy a fallar, voy a defender sus derechos, todos sus derechos”, aseguró, a continuación.

“Cuenten conmigo”, expresó, de inmediato.

No obstante el contexto social nacional que se caracteriza por un enraizado y violento machismo, Castro ganó la votación presidencial, en noviembre, con margen de alrededor de 500 mil sufragios.

La gobernante reunió algo más de 1.7 millones de votos, frente a los aproximadamente 1.2 millones obtenidos por su principal adversario del gobernante Partido Nacional, Nasry “Tito” Asfura, el pintoresco alcalde capitalino conocido como “Papi a la orden”.

Casi 3.6 millones de hondureños estaban inscritos como electores.

Castro -esposa del ex presidente hondureño Manuel “Mel” Zelaya, violentamente derrocado, en junio de 2009, faltando siete meses para el cierre de su mandato (2006-2010), se juramentó no solamente como la primera gobernante hondureña sino como la cuarta centroamericana.

La nueva jefa de Estado sigue, así, la ruta iniciada por la nicaragüense Violeta Barrios (1990-1997), a quien siguieron la panameña Mireya Moscoso (1999-2004) y la costarricense Laura Chinchilla (2010-2014).

En materia de política de género, el plan de gobierno de la mandataria incluye, puntualmente, nueve propuestas.

Se trata, en primer lugar, de “introducir la perspectiva de equidad de género mediante la participación de verdad paritaria en todo proceso político”, seguida de la intención de “aumentar el presupuesto para asegurar el abastecimiento de métodos de planificación familiar para las mujeres en los centros de salud y educativos”.

A continuación, aparece la iniciativa consistente en “facilitar la distribución, venta y uso de la PAE” -en alusión a la píldora anticonceptiva de emergencia-, medicamento “que permite interrumpir la fertilización en sus primeras horas”.

En el cuarto punto, se incluye propuesta referida a “despenalizar el aborto por 3 causales: 1. en caso de violación, 2. en caso de que la vida de la madre corra riesgo y de 3. malformaciones fetales que impidan una vida digna”.

De inmediato, “aprobar e implementar en todos los niveles educativos, la educación sexual integral que en primer lugar enseñe respeto para el otro”, además de “impulsar la reactivación económica y social mediante una estrategia de inserción y participación efectiva y beneficiosa de la mujer en la economía del país, que incluya el reconocimiento de todo tiempo laborado”.

También, “crear refugios de mujeres y niños víctimas/sobrevivientes de violencia”, además de “impulsar proyectos agroecológicos productivos en las comunidades, con miras a construir una alternativa de ingreso para las mujeres”.

La novena propuesta se refiere a “establecer un centro de atención integral especializado para mujeres migrantes que impulse la reinserción social para las mujeres migrantes retornadas”, en referencia a los miles de mujeres y niñas que, a causa de las diversas variantes de violencia de género, se ven obligadas a incorporarse a la masiva ola de migrantes hondureños quienes aspiran a hallar, principalmente en Estados Unidos, las oportunidades y la seguridad que su país de origen no les ofrece.

Las proyectadas iniciativas están contenidas en el quinto de los 16 capítulos de que consta, en 68 páginas, el Plan de Gobierno para Refundar Honduras 2022-2026.

Castro reemplazó, en la presidencia hondureña, a Juan Orlando Hernández (2014-2018, 2018-2022), señalado por autoritarismo, además de múltiples hechos de corrupción -entre ellos, vínculo con el narcotráfico-.