El movimiento talibán ha expresado abiertamente que respetará los derechos de las mujeres dentro del marco del islam, pero sus acciones no inspiran demasiada confianza
La organización talibana ingresó a Kabul y tomó la ciudad, desde ese entonces se supo, que este hecho representaba un cambio de vida para las mujeres y las niñas en Afganistán. En el último mes, se ha observado día tras día este impacto en las vidas de las mujeres y las niñas.
Se ha podido escuchar y ver el miedo de las mujeres y niñas afganas. Las mujeres recuerdan la década de los noventa y cómo fue vivir bajo las reglas talibanas. Ese miedo se intensificó por el hecho de que los talibanes no se han expresado respecto de su postura en materia de derechos de las mujeres. El movimiento talibán ha expresado abiertamente que respetará los derechos de las mujeres dentro del marco del islam, pero sus acciones no inspiran demasiada confianza.
Desde que los talibanes tomaron el poder, conformaron un gabinete sin mujeres. Se designaron ministros y, una vez más, no hay mujeres que integren estas designaciones. Se disolvió el Ministerio de Asuntos de las Mujeres.
En algunas provincias, las mujeres recibieron instrucción de no volver al trabajo o de no salir de sus hogares sin compañía de un familiar que sea hombre. Los centros de protección de mujeres recibieron ataques, y el personal que trabaja en ellos fue acosado. Los hogares seguros para defensoras y defensores de los derechos humanos de las mujeres, que incluyen activistas y periodistas, están al máximo de su ocupación.
La situación de las mujeres y las niñas en el país es preocupante, pero se sigue viendo que las mujeres luchan por sus derechos y exigen igualdad. Esto no ha cambiado, y no cambiará.
Las mujeres afganas han estado en la primera línea de lucha por sus derechos durante siglos. Las mujeres afganas lograron el derecho al voto en 1919, antes de que este derecho fuese otorgado a las mujeres en los Estados Unidos.
En 1921 se fundó la primera escuela para niñas. La constitución de 2004 consagra la igualdad de género. A través de las décadas, se ha visto cómo la incidencia de las mujeres afganas ha sido fundamental para el progreso del país en las áreas de paz y desarrollo.
Afganistán atraviesa una crisis de una magnitud a la que nunca antes se había enfrentado. La mitad de la población necesita algún tipo de asistencia humanitaria. Un tercio no sabe de dónde provendrá su siguiente alimento. Hay riesgos de una cuarta ola de COVID-19 debido al colapso de la infraestructura de salud.
La única solución para Afganistán es sortear estos obstáculos con la seguridad de que ningún sector de su población, sus hombres y mujeres, quede atrás, y que puedan unirse para atravesar la crisis y la catástrofe.
La participación plena de las mujeres y su liderazgo en la vida pública y política es clave para el futuro de Afganistán y su desarrollo a largo plazo, para la paz sostenible y para la creación de una economía vibrante que pueda recuperarse de cualquier crisis.
Fuente: Alison Davidian. Representante adjunta de ONU Mujeres en Afganistán.
Foto: Navid Sohrabi