En el marco de la crisis socioeconómica generada por la pandemia de la Enfermedad Coronavirus 2019 (Coronavirus Disease 2019, Covid-19), las mujeres necesitan que sus derechos tengan vigencia, además de vivir libres de violencia, aseguró Olga Amparo Sánchez, activista colombiana de los derechos de ese sector de la población.
La situación del sector femenino ha empeorado, en Colombia, en materia laboral, de tareas domésticas, de violencia de género, a causa del aislamiento social -una necesaria medida que los países afectados por la pandemia mundial, vienen implementando-, aseguró Sánchez, coordinadora de la feminista Casa de la Mujer, en declaraciones al diario local El Espectador.
La activista definió como “muy simple” lo que, en términos generales, necesitan las mujeres: “que se nos garanticen los derechos y una vida digna sin violencia”.
Al describir el contexto en el cual se manejan las mujeres, Sánchez indicó que “la situación es diferencial de acuerdo con la procedencia económica de la mujer”.
“Por ejemplo, las mujeres de sectores populares se levantan, normalmente, a las 4:00 a.m. para dejar listo el desayuno y el almuerzo para salir a trabajar. Luego llegan a lavar la ropa, hacer comida y ayudar en las tareas de los hijos”.
En el marco de la pandemia y del aislamiento social que ha generado, el trabajo doméstico -que no es remunerado- se les ha intensificado, “porque las encierra en ese espacio las 24 horas”, lo que, a su vez, en numerosos casos, les aumenta el riesgo de violencia de género.
En ese sentido, a “las privaciones económicas, sin la posibilidad de salir a buscar una alternativa de sustento para darles de comer a sus hijos”, se agrega el hecho de que “algunas conviven con su agresor”.
En cuanto a las integrantes de la clase media y del sector laboral asalariado, explicó “también se les ha complicado la vida en el sentido de que algunas se quedaron sin trabajo o se les incrementó en una doble jornada, cumpliendo con su oficio (remunerado) y asumiendo las tareas domésticas y de acompañamiento a sus hijos”, quienes, también, “están encerrados las 24 horas”.
Igualmente, en este sector social, “también muchas de ellas viven con sus agresores”, dojo la coordinadora de la Casa de la Mujer, una organización feminista que promueve la generación de autonomía para las mujeres, a partir de la toma de conciencia y la trasformación de las múltiples manifestaciones de discriminación a las que históricamente están sometidas en el esquema social patriarcal.
Respecto al trabajo que la organización viene desempeñando, particularmente en el maro de la pandemia, Sánchez explicó que “hemos hecho acompañamiento a mujeres que han tenido situaciones de violencia muy críticas, algunas con intentos de feminicidio”.
Igualmente, “mujeres en condiciones económicas complejas, en las que su prioridad es garantizar la alimentación o un lugar donde dormir con sus hijos e hijas”.
Precisó que, “en su mayoría, son mujeres ambulantes o trabajadoras sexuales”, y, además, “mujeres que su preocupación es garantizar la educación de sus hijos porque se quedaron sin trabajo”.
Si bien la entidad no cuenta con estadísticas precisas sobre las personas a quienes está apoyando, su coordinadora indicó que, por la vía de llamadas telefónicas y comunicación por redes sociales y correo electrónico, la agrupación recibe, en promedio, cinco solicitudes diarias de atención.
Sánchez puntualizo que la Casa de la Mujer trabaja 24/7, a nivel nacional.
“Tenemos muchas solicitudes de mujeres que vivían en el (capitalino) barrio Santa Fe en situación de prostitución y que pasan por una situación desastrosa”, señaló, a manera de ejemplo.
“A la mayoría las desalojaron los pagadiarios (alojamientos) y muchas se fueron para Soacha, porque las piezas son más baratas que en Bogotá (la capital nacional)”, agregó.
Soacha es una localidad que, cercana a la capital, forma parte, junto con esa y otras 21 ciudades, del Área Metropolitana de Bogotá.
“Son mujeres sin Sisbén, algunas de ellas no tienen cédula, con hijos e hijas, sin un núcleo familiar que las apoye”, explicó, además, en alusión al Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales (Sisben) del Departamento Nacional de Planeación (DNP).
Estamos vinculándolas a la red institucional, pero es complejo porque ya tienen el tope de quienes reciben las ayudas. Igualmente, nosotras y personas amigas estamos donando dinero para contribuir en algo, pero eso es mínimo para la magnitud del problema.
Además de apoyarlas monetariamente, en la medida de lo posible, entre otros aspectos, la Casa de la Mujer conecta, a quienes procuran apoyo, con la Defensoría del Pueblo -institución encargada de promover y defender los derechos humanos en el país sudamericano-, y la Secretaria de la Mujer.
“Nosotras hacemos el canal, llamamos y remitimos los casos para que las atiendan más rápido2, además de que “las apoyamos con atención psicosocial”, precisó.
Sin embargo, “la orientación varía, porque hay algunas que no quieren o no se sienten preparadas para denunciar a sus agresores”, aclaró.
“Todo depende de las condiciones materiales y fortalezas de cada una”, explicó, para agregar que, “por ejemplo, mujeres profesionales golpeadas han acudido a nosotras porque decidieron separarse y están en ese proceso”.
En materia de violencia de género, Colombia registró, el año pasado, 571 casos, un 71 por ciento de los cuales involucró a víctimas en el gripo etario de 20 a 2r4 años, de acuerdo con el Observatorio de Feminicidios de Colombia, que es parte de la Red Feminista
antimiltarusta.
Según la misma fuente, en un 25 por ciento de los casos, los victimarios fueron “hombres que pertenecen a estructuras armadas”, además de que en un 49 por ciento de los casos, se usó arma de fuego.
De acuerdo con los más recientes datos de la estadounidense Universidad Johns Hopkins -actualizados diariamente-, el total de casos de Covid-19, a nivel mundial, era, al 5 de este mes, algo superior a 6.7 millones.
Estados Unidos encabeza la lista global, con casi 1.9 millones de casos, seguido por Brasil -el país latinoamericano más golpeado por la pandemia-, con 614,941, y Rusia, con 449,256.
A nivel Latinoamericano, Brasil es seguido por Perú, con 187,400, Chile, con 122,499, y México, con 110,026, mientras Colombia se ubica en el sexto lugar regional, con 36,759.