«Alto a la selección de sexo»

En muchos países del mundo, como India, es más común eliminar a la niña que no ha nacido que al varón, pues es una forma de mitigar el riesgo de la familia de no poder en un futuro desembolsar la dote

En el mundo se realizan unos 26 millones de abortos legales cada año y 20 millones se realizan en países en donde están restringidos o prohibido por ley.

En los 55 países donde se permite el aborto a base de fundamentos legales amplios, la ley usualmente estipula algunas condiciones como, por ejemplo, límites de gestación, indicación, períodos de espera, requisitos de consentimiento, y restricciones en torno a dónde y quién practicaría el aborto.

Uno de eso países es India en donde el aborto inducido o el embarazo interrumpido voluntariamente es libre, a petición de la mujer y hasta las 7 semanas, es legal desde el 1971.

De acuerdo con el Consorcio Nacional de Consenso de Aborto con Medicamentos en la India, cada año se realiza un promedio de alrededor de 11 millones de abortos y alrededor de 20.000 mujeres mueren cada año debido a complicaciones relacionadas con el aborto, la mayoría de estas provocadas por la práctica ilegal, que se lleva a cabo en condiciones sanitarias inadecuadas y por personal no cualificado.

Si nos preguntáramos ¿por qué, a pesar de ser el aborto legal en India, hay un alto índice de aborto ilegal? la respuesta es porque la mujer se somete en forma clandestina a aborto selectivos por sexo.

En este país  realizar o hacerse exámenes prenatales, incluyendo los análisis por ultrasonidos -cuando se realizan únicamente para determinar el sexo del feto- está penalizado por ley desde 1994. Una modificación del año 2002, endureció las sanciones: hasta tres años de cárcel y multa de 10.000 rupias por la primera denuncia y 50.000 por la segunda y siguientes. Sin embargo, más mujeres arriesgan sus vidas cuando consiguen en forma irregular el acceso a las ecografías y al conocer que el feto es de sexo  femenino,  se realizan el aborto.

Fuente de imagen: El Desconcierto

Eliminar a la niña que no ha nacido es una forma de mitigar el riesgo de la familia de no poder en un futuro desembolsar el dinero en efectivo, joyas, terrenos, muebles y cualquier otro objeto que sirva para el nuevo hogar, que incluso se puede seguir solicitando después de estar casados para mantener el estatus social.

Esta acción discriminatoria de género es apoyada voluntariamente por muchas mujeres que prefieren abortar a tener que ser en un futuro espectadora del suicidio o la muerte de su hija en manos del prometido o del marido al no poder pagar las altas cantidades que exige la dote.

La preferencia del varón en la herencia familiar, las diferencias salariales entre hombres y mujeres, las menores oportunidades de empleo femenino o la «cultura del honor», por la que muchas jóvenes son asesinadas sino respetan un matrimonio acordado por los padres, son otras de las causas de engrandan el problema.

Mientras unas 8 mil mujeres al año son asesinadas en India porque sus padres no han podido entregar la dote a sus maridos y miles de otras no tienen la oportunidad de nacer, los países del “primer mundo” que apoyan embargos y guerras por razones de “Derechos Humanos”, cierran los ojos y continúan haciendo negocios, aportando al crecimiento económico de una nación que considera que “criar a una hija es como regar el jardín del vecino», por eso ¡matémosla!