En el contexto mundial de agudización de las brechas de género, la región de América Latina y el Caribe presenta registros nacionales preocupantes, de acuerdo con los datos contenidos en el global Women Peace and Security Index (Índice Mujeres, Paz y Seguridad, WPS) de la estadounidense Universidad de Georgetown.
La medición anual -realizada por el universitario Georgetown Institute for Women, Peace and Security (Giwps)- señala que el área figura en cuarto lugar -entre ocho establecidas para el estudio-, con Jamaica en la mejor ubicación -43, entre 170 países analizados-, mientras Haití aparece en la peor -142, considerablemente cercana al fondo de la lista general-.
Entretanto, a nivel continental americano, Canadá encabeza la nómina -en el puesto 12-, nueve escalones por encima de Estados Unidos -que aparece en el lugar21-.
El caso estadounidense presenta algunas peculiaridades, cuando se analiza las mediciones correspondientes a cada uno de los cincuenta estados, ya que algunos muestran puntajes considerablemente inferiores al que corresponde a Afganistán -la última nación a nivel global-.
Los extremos de la nómina están dados, respectivamente, por Noruega -con puntaje de 0.922, en el primer lugar del “quintil más alto”- y Afganistán -con 0.278, en el fondo del “quintil más bajo”-, 28 lugares después de Haití -que presenta calificación de .611-.
En el contexto latinoamericano y caribeño, las posiciones se enmarcan, según cada lectura nacional, a los quintiles segundo a cuarto.
En el segundo, y con la mejor ubicación regional, aparece Jamaica -en la posición 43 (.800 puntos), seguida por Costa Rica -cuatro posiciones más abajo (.781).
En el mismo nivel, se encuentran Uruguay -ubicación 48 (.776)-, Argentina, Bolivia, Ecuador -empatados en el lugar 49 (.774, cada uno)-, Nicaragua -63 (.756)-.
En cuanto a la región centroamericana, la posición primera es ocupada por Costa Rica, seguida por la limítrofe Nicaragua.
Ambas están por encima de El Salvador -ubicación 69 (.747)-, Panamá -83 (.733)-, y Belice -92 (.720)-, países presentes en el tercer quintil.
En el cuatro, y al final de la lista subregional, aparece Honduras -104 (.698)-.
Un dato que llama la atención es la lectura de Estados Unidos en lo que tiene que ver con los puntajes obtenidos por los diferentes estados, en la primera medición interna incluida en el Índice WPS.
Se trata de los denominados “índices WPS subnacionales”, que, en este caso, comprenden datos para Afganistán y Pakistán, además de Estados Unidos.
Si bien el país norteamericano aparece en el quintil mundial más alto, si fuesen naciones independientes, varios de sus estados se ubicarían en el último -algunos, hasta por debajo de Afganistán-.
En esa situación se encuentran varios estados del “sur profundo”, tales como Louisiana y Mississippi, con las dos peores calificaciones -en el rango de .160 a .229 puntos, el más bajo-.
Apenas por encima de ese nivel, aparecen Alabama, Arkansas, Texas, entre otros -con mediciones de .230 a .356-.
Al explicar este fenómeno, el Giwps precisó que el racismo constituye un factor clave.
“Importantes disparidades raciales afectaron el estatus de las mujeres en muchos estados de Estados Unidos”, señaló, para puntualizar que –“a las mujeres blancas, típicamente, les fue mejor”.
“Las brechas raciales fueron muy marcadas en el logro de grados universitarios, representación en la legislatura de los estados, y mortalidad materna”, agregó.
“En promedio, 38 por ciento de las mujeres blancas había completado la universidad, casi el doble de la tasa de mujeres indígenas estadounidenses, y, en 26 estados, ninguna mujer hispana estaba representada en la legislatura del estado”, planteó, a continuación.
“Grandes disparidades también marcaron la mortalidad materna, con las mujeres negras experimentando más altos niveles de mortalidad que las mujeres blancas, en todos los estados con datos”, continuó explicando.
A manera de ejemplo, el instituto informó que, en el caso del nororiental estado de Nueva Jersey, “la tasa de mortalidad materna en mujeres negras, en 132 fallecimiento por 100,000 nacidos vivos, fue casi cuatro veces (superior a) la tasa entre mujeres blancas”.
El instituto universitario formuló una reflexión general, en el sentido de que “los nuevos índices subnacionales ilustran los diversos retos y las necesidades que las mujeres enfrentan detrás de las fronteras nacionales”.
En ese sentido, también expresó que “los índices subrayan la importancia de las mediciones multidimensionales del estatus y las oportunidades de las mujeres”.
En cuanto a los hallazgos del más reciente análisis mundial, dado a conocer en octubre, la institución señaló que “la inclusión, la justicia, y la seguridad de las mujeres” -los puntos focales del índice- “son más críticas que nunca, en medio de la pandemia (del nuevo coronavirus) que ha causado estragos alrededor del mundo”.
El estudio -la primera de cuyas ediciones fue emitida en2017- “captura y cuantifica las tres dimensiones de inclusión -económica, social, política-, justicia -leyes formales y discriminación informal-, y seguridad -a los niveles individual, comunitario, y de sociedad- de las mujeres”, explicó.
Respecto a la realidad presentada en el nuevo informe, el Giwps aseguró que “todos los países pueden mejorar”, y, para ilustrar la apreciación, señaló que “México, 88 en la posición general, es el número 43 en dimensiones de justicia, pero cae a 160 en la dimensión de seguridad”.
En ese sentido, planteó que, en ese país latinoamericano, “solamente un tercio de las mujeres siente seguridad al caminar solas en su barrio, en la noche, y las tasas de violencia organizada están entre las 10 más altas en el mundo”.