Emiliana Quispe, miembro del grupo feminista «Mujeres Creando», La Paz, 5 de mayo de 2020. © Aizar Raldes / AFP

Las embajadas de quince países y una agencia especializada de Naciones Unidas en México expresaron, en una declaración conjunta, preocupación por el grado de incidencia de la violencia de género, a causa del impacto de la Enfermedad Coronavirus 2019 (Coronavirus Disease 2019, Covid-19), en el país latinoamericano.

Las embajadas integrantes de la Mesa de Cooperación Internacional para la Igualdad de Género en México (Mcig), y la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), plantearon, además, la disposición de mantener la cooperación, con el gobierno mexicano, en la promoción de los derechos de la población femenina nacional.

Las quince representaciones diplomáticas y ONU Mujeres expresaron que “ven con preocupación el incremento de la violencia contra las mujeres y las niñas en México por el impacto de COVID-19”.

“Antes de declarase esta pandemia, millones de mujeres y niñas alrededor del mundo han vivido alguna forma de desigualdad, discriminación y violencia”, señalaron, en el texto de doce extensos párrafos.

En tal contexto, “México es reconocido a nivel internacional por su gran trabajo en el avance de los derechos de las mujeres”, indicaron, para agregar que “el Estado mexicano ha reforzado y emprendido acciones para garantizar el derecho de las mujeres y las niñas a una vida libre de violencia, en cumplimiento con los compromisos internacionales suscritos”.

“Para apoyar estos esfuerzos, los integrantes de la MCIG estamos abiertos a continuar trabajando muy de cerca con el Instituto Nacional de las Mujeres, la Secretaría de Gobernación y la Secretaría de Relaciones Exteriores del Gobierno de México para promover los derechos de las mujeres y las niñas, así como con los tres poderes del Estado y órdenes de gobierno”, aseguraron.

En ese sentido, se refirieron a la incidencia que, a nivel mundial, está teniendo el aislamiento social -la necesaria medida implementada por la mayoría de los más de 180 países afectados por la Covid-19-, a causa de que el encierro -obligatorio en varias de esas naciones- obliga a las víctimas de violencia de género -o en riesgo de serlo- a cohabitar 24/7 con sus victimarios.

“Debido al impacto de la emergencia sanitaria en la violencia contra las mujeres y las niñas hacemos un llamado para que se fortalezcan las medidas de prevención, atención y protección de víctimas de violencia, así como la sanción a los perpetradores”, expresaron los firmantes de la declaración difundida tanto por la Mcig como por ONU Mujeres, en sus respectivos espacios en Internet.

La negativa afectación de la población femenina mexicana trasciende el ámbito de la violencia física, y se traduce, asimismo, al ámbito socioeconómico, advirtieron.

“De igual forma, los impactos socioeconómicos en las mujeres derivados de la contingencia sanitaria requieren de atención especial, en particular en el trabajo de las defensoras de los derechos humanos”, explicaron.

Lo actuado por México, en materia de derechos de las mujeres, requiere apuntalamiento, lo que implica la participación no solamente de instancias internacionales sino de autoridades y población mexicanas, manifestaron.

“El fortalecimiento corresponde en primer lugar a los gobiernos federal, estatales y municipales, pero estos esfuerzos deben ser acompañados por las instituciones del estado, organizaciones de la sociedad civil, por el sector privado, todos los partidos políticos y los organismos internacionales”, propusieron.

No obstante lo actuado por las autoridades, datos oficiales indican que, en materia de violencia de género, la situación nacional no es nueva, ya que, solamente el año pasado, los femicidios registrados fueron 976, mientras que en 2018, el promedio de mujeres asesinadas fue de 10, más de 40 por ciento agredidas fatalmente por sus respectivas parejas, situación agudizada, este año, por la pandemia declarada, a mediados de marzo, a nivel global, por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Las víctimas, lo mismo que sectores de la sociedad civil directamente involucrados en la defensa de sus derechos, tienen un papel clave a desempeñar en el combate al fenómeno, de acuerdo con lo señalado por las entidades firmantes.

“En particular, la significativa participación y compromiso de las mujeres y las niñas, así como de las organizaciones de sociedad civil, redes y movimientos, serán de vital importancia en la respuesta y recuperación de la crisis”, sugirieron, además.

En opinión de las embajadas y de ONU Mujeres, el componente educativo resulta esencial en los esfuerzos por liminar las históricas conductas del sistema patriarcal en detrimento de la población femenina.

Es necesario que la educación asuma, prontamente, su participación, indicaron.

“Los esfuerzos para la recuperación deben abordar los estereotipos de género, las normas sociales negativas y las dinámicas desiguales de poder que existen entre mujeres y hombres, niñas y niños, instituciones, comunidades y en los hogares”, señalaron.

“Creemos que estas medidas son de interés no solo para mujeres y niñas, sino también para niños y hombres”, reflexionaron.

Los firmantes del documento hicieron, además referencia -y citaron textualmente- al mensaje que el secretario general de las Naciones Unidas, el portugués António Guterres -un declarado feminista- difundió, el 5 de abril, respecto a la relación directa que existe entre el aumento global de la violencia contra mujeres y niñas, por un a parte, y la pandemia, por la otra.

Guterres planteó, entonces, que, paradójicamente, “para muchas mujeres y niñas, la amenaza es mayor precisamente allí donde deberían estar más seguras: en sus propios hogares”.

“Sabemos que los confinamientos y las cuarentenas son esenciales para reducir el Covid-19, pero pueden hacer que las mujeres se vean atrapadas con parejas abusivas”, por lo que “insto a todos los gobiernos a que la prevención y la reparación en los casos de violencia contra las mujeres sean una parte vital de sus planes nacionales de respuesta” a la pandemia, expresó el funcionario, quien aclaró que “la paz no es sólo la ausencia de guerra”.

Los firmantes de la declaración destacaron, igualmente, el hecho de que, parte del riesgo de violencia de género, las mujeres constituyen una parte esencial de la primera línea de respuesta, a nivel mundial, frente a la enfermedad, lo que las ubica, además, en riesgo sanitario.

Por ello, también en México, “las mujeres serán más afectadas por esta pandemia, pero al mismo tiempo, son ellas quienes se encuentran en la primera línea de respuesta, y quienes serán la columna vertebral en la recuperación de todas las comunidades”, vaticinaron.

De modo que “toda respuesta política que lo reconozca tendrá un mayor impacto en la sociedad”, puntualizaron.

En su opinión, “la crisis de COVID-19 es un problema al que debemos hacer frente todos los países de manera solidaria, ya que los derechos humanos de las mujeres y las niñas son los más vulnerados por esta crisis”, recomendaron.

“Es por ello que, en este momento crucial, los esfuerzos de todas las naciones deben dirigirse a implementar los compromisos, mandatos y presupuestos ya establecidos en sus respectivas legislaciones relativos a la promoción de los derechos de las mujeres y las niñas y al avance de la igualdad de género por parte de las instituciones nacionales y estatales”, indicaron, a continuación.

En ese sentido, la realización, programada para el año próximo, de un foro sobre igualdad de género -organizado por ONU Mujeres, y a ser copresidido por Francia y México-, fue mencionada, en la declaración, como ámbito para considera el tema de la decisiva participación femenina en el combate a la enfermedad.

“El Foro Generación Igualdad (…) será también una oportunidad para abordar el papel clave que desempeñan las mujeres durante esa crisis: han participado en la primera línea de atención, han enseñado, han continuado participando en la economía y, al mismo tiempo, se han convertido en algunas de sus primeras víctimas”, plantearon los firmantes.

Las embajadas firmantes de la declaración son, respectivamente, las de Alemania, Australia, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Japón, Noruega, Nueva Zelanda, , Reino Unido, Suecia, y Suiza, además de las delegaciones de la Unión Europea (UE), la francoparlante ciudad oriental canadiense de Quebec, ONU Mujeres, y de la Oficina de Coordinación Residente del Sistema de Naciones Unidas en México.

La Mcig se autodefine como un espacio informal de intercambio y coordinación estratégica con la comunidad internacional para el avance de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas en México.

A iniciativa de la Embajada de Francia en México, la mesa fue instalada en julio de 2018, con Francia en la presidencia, por el primer año, y con ONU Mujeres a cargo de la Secretaría Técnica.

La embajada de Irlanda desempeña, para el período 2019-202, la presidencia del grupo de trabajo.

De acuerdo con los más recientes datos de la estadounidense Universidad Johns Hopkins -actualizados diariamente-, el total de casos de Covid-19, a nivel mundial, era, al 31 de mayo, algo superior a seis millones.

Estados Unidos encabeza la lista global, con poco más de 1.8 millones de casos, seguido por Brasil -el país latinoamericano más golpeado por la pandemia-, con unos 506 mil.

A nivel Latinoamericano, Brasil es seguido por Perú, con poco más de 164 mil, y México, con unos 78 mil.

En el caso de Centroamérica -con total regional de casi 30 mil casos-, Panamá presenta el mayor número (poco más de 13 mil), seguido por Honduras (5,094), Guatemala (4,739), Nicaragua (3,425), El Salvador (2,518), Costa Rica (1,056), y Belice (18).

En el caso de Nicaragua, la cifra de Johns Hopkins difiere marcadamente del masivamente cuestionado cálculo oficial, que, al 26 de mayo, ubicaba el total en apenas 480.