El bienestar hace referencia a todo aquello que se requiere para vivir, pensar en mujer es pensar en vida, inicia la vida a través de la mujer, y partir de ahí se gesta el camino al bienestar.
Mujer pensadora, mujer escultora, mujer arquitecta, mujer habilidosa en la política, mujer pintora, poetisa, emprendedora, creativa y tantas otras cosas, aunque muchas veces oculta su presencia, pero aún así, presente.
Generadora de bienestar, porque provee todo aquello que se necesita para vivir, desde su vientre y continuando con el proceso en el camino, siempre sellando con su particular estilo a través de una gerencia indiscutible y natural, que provoca vivir. Pero si cuenta con múltiples cualidades ¿Por qué tantos obstáculos para que ella, decida e intervenga en la generación de bienestar a través de los negocios?
La historia puede explicar mucho sobre la incursión de la mujer en los negocios, el resultado nos indica, que la mujer se ha quedado atrás en emprendimientos de negocios, y que con mucho esfuerzo algunas, han logrado la aceptación y el reconocimiento, en un mundo de negocios que todavía carece del toque femenino, más allá de cumplir con cuotas de participación.
Pero, ¿por qué hemos permitido estar en una esquina, observando y no accionando? Tal vez, porque nosotras mismas no reconocemos las magníficas cualidades que desde nuestras entrañas, llevamos, algo inherente e indiscutible. Comprender que en nuestro camino, vemos de una forma natural algo que para otros es un reto, lleva a pensar que nuestro primer reto es superar miedos e inseguridades, que no se desaparecen solo a través de una formación académica, sino a través de una convicción por vivir desde algo que forma parte nuestra, el bienestar.
No es extraño para una mujer, pensar en su familia, por lo que la familia creada entre un patrono y sus empleados, le va a ser igualmente natural. No le es extraño tampoco, contribuir con el bien común, en su comunidad, en la escuela de sus hijos, como voluntaria en tantas causas en las que son requeridas, por lo que nunca le va a ser ajeno el sufrimiento de otros, y por ende, no le será ajeno tomar las decisiones que provoquen profundas transformaciones para el beneficio de la mayoría.
No le es extraño administrar con pocos recursos, porque su naturaleza ha sido estar cerca de la escasez material e intelectual, por lo que le será natural trabajar con lo que se encuentre, y hacerlo funcionar. Sabiendo que muchas veces, cuando obtiene el éxito, el logro, le queda nada más sonreír para sus adentros.
No le es extraña la soledad en la toma de decisiones que requieren de coraje y valentía, porque en su silencio sabe que la soledad es relativa, ya que se fusiona y reconoce aquello que la trasciende, Dios, Buda, un Ser Supremo, una maravillosa energía, una mente iluminada.
Como todo en el mundo de negocios le es natural, mientras otros piensan, ella hace. Sin embargo, pasan los años, las generaciones, y el miedo, las inhibiciones, las inseguridades, todavía se sienten y viven, porque dentro de todas las fortalezas para los negocios, se han quedado rezagadas virtudes, dentro del juego de lo material y lo espiritual, deja esa mujer exitosa en los negocios, desatendidas a muchas mujeres que, como ella una vez, están deseosas de inspiración, de conocimiento, de esperanza.
En la carrera por la incursión en tareas transformadas, no nuevas del todo, ella olvida que es vida, que es familia, que es sociedad, y se convierte, sin darse en cuenta, en uno más del género opuesto. Comprender que su esencia es continuar siendo mujer, en todas sus formas y conceptos, con todos los atributos que las hacen generadoras de bienestar, invita a no posponer la intervención triunfante en los negocios.