El femicidio se ha viralizado a nivel mundial, fundamentalmente a causa de que los Estados son omisos en el cumplimiento de su obligación de proporcionar protección a las víctimas de violencia de género.

Durante la presentación de su más reciente informe sobre el tema, a la Asamblea General de las Naciones Unidas, el relator especial de la organización mundial sobre Ejecuciones Extrajudiciales, Sumarias oArbitrarias, el médico chileno-argentino Morris Tidball-Binz, se refirió al alza de femicidio a nivel mundial, advirtiendo que se trata de un fenómeno que presenta categoría de pandemia.

Al informar, el 23 de octubre, respecto al documento, Noticias ONU -la agencia informativa de Naciones Unidas- indicó que el texto “se centra en la investigación de los femicidios como paso necesario para identificar, exigir responsabilidades y prevenir esta lacra mundial”.

De acuerdo con los datos contenidos en el informeque, sobre el tema, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (United Nations Office on Drugs and crime, Unodc), emitió para 2021, “cerca de 45,000 mujeres y niñas de todo el mundo fueron asesinadas por sus parejas u otros familiares”, lo que “significa que más de cinco mujeres o niñas son asesinadas cada hora por alguien de su propia familia”.

Aunque estas cifras son alarmantemente altas, la verdadera magnitud del feminicidio puede ser mucho mayor”, advirtió la Unodc.

El análisis que Tidball presentó, ahora, a la Asamblea general, incluye la recomendación de tomar, como punto de referencia, las mejores prácticas, a nivel global, en esa materia, agregó Noticias ONU.

Se trata de aquellas prácticas eficaces en el combate al femicidio, lo que incluye normas para la adecuada investigación de estos crímenes. En ese sentido, “las recomendaciones del relator especial proporcionan una hoja de ruta práctica, y basada en pruebas, para prevenir y erradicar el femicidio en todo el mundo”, de acuerdo con la versión periodística.

En el contexto de su presentación del informe, en el 78 Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Tidball denunció que “el femicidio es una tragedia mundial de proporciones pandémicas”.

“Cada año, decenas de miles de niñas y mujeres -incluidas mujeres trans-, son asesinadas, en todo el mundo, a causa de su género, y muchas más corren el riesgo de morir a causa de la violencia de género porque los Estados no cumplen con su deber de proteger, eficazmente, la vida de las víctimas, y garantizar su seguridad”, advirtió.

«Cientos de mujeres condenadas a muerte se enfrentan a la ejecución en muchos países como consecuencia de prácticas de enjuiciamiento y condena con sesgo de género», afirmó el experto. 

El relator -designado en el cargo, en abril de 2021- formuló, a los Estados, un llamado “a cumplir con sus obligaciones, e intensificar los esfuerzos para investigar y erradicar los femicidios”, ello, sobre la base de lo que describió como “las mejores prácticas”.

Para ello, es necesario que se implemente “enfoque de género, y protocolos específicos, en la investigación de los asesinatos de mujeres y niñas”, comenzó a explicar Tidball, experto en ciencia forense, derechos humanos, y acción humanitaria, quien ha participado en la promoción de esa especialidad, a nivel mundial, como instrumento para la investigaciónen los campos de su relatoría. Hacerlo, “permite que estas muertes sean identificadas, documentadas, y contabilizadas como feminicidios”, precisó.

Se trata, por lo tanto, de un componente esencial “para garantizar la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas y sus familias, incluyendo una recopilación y análisis de datos más precisos para fortalecer las investigaciones y la prevención”, dijo, de inmediato.

Los perpetradores son, en su mayoríapero no exclusivamente, parejas o ex parejas, y a menudo escapan a la rendición de cuentas debido a la falta de una investigación adecuada”, aseguró Tidball, quien,en la década de 1980, siendo estudiante de medicina en Argentina, trabajó con la organización Abuelas de Plaza de Mayo, participando en la creación de la primera base de datos genéticos para ubicar a víctimas de desapariciones forzadas.

Esa organización de derechos humanos, investiga las decenas de miles de desapariciones que causó la más reciente dictadura militar argentina (1976-1983, dictadores: Jorge Rafael Videla, Roberto Eduardo Viola, Leopoldo Fortunato Galtieri, Reynaldo Benito Antonio Bignone).

Su actividad ha permitido identificar, y reunir con familiares, a decenas de personas quienes, siendo bebés o niños fueron secuestrados en el marco de los brutales allanamientos policiales y militares de ese período –durante el cual desaparecieron aproximadamente 30 mil opositores al régimen-.

Tidball recomendó, para mayor eficiencia en el trabajo de investigación de femicidios, que quienes la realicen no se dejen influenciar por los prejuicios resultantes de patriarcado profundamente enraizados en las sociedades nacionales.

Al respecto, planteó la necesidad de que los Estados “promulguen medidas legales y administrativas para defender los derechos de las mujeres y las niñas, incluidas aquellas cuya expresión de género o identidad es femenina”.

Las autoridades deben actuar con la debida diligencia, adoptando todas las medidas posibles para investigar y enjuiciar los femicidios, y proporcionar apoyo efectivo, recursos y reparaciones, a las víctimas y sus familias, y evitar que (esos crímenes) se repitan”, recomendó, a continuación.

El relator subrayó que “el deber de investigar cualquier muerte potencialmente ilícitaincluidos los femicidios, ha adquirido rango consuetudinario en el derecho internacional”.

En ese sentido, formuló la advertencia de que, “no hacerlo, puede constituir una violación del derecho a la vida”.

Foto: Engin Akyurt