La equidad y el empoderamiento de género constituyen factores clave para la salud de las mujeres, lo mismo que para su bienestar general, planteó Nazneen Damji, experta internacional en la materia.

En ese sentido, resulta necesario que los prejuicios a nivel social sean bordados, según Damji, asesora de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), en Política Global para Equidad de Género, HIV, y Salud.

La pandemia mundial de la Enfermedad Coronavirus 2019 (Coronavirus Disease 2019, Covid-19), ha expuesto y agudizado las desigualdades que históricamente existían, planteó, además, la asesora, en declaraciones a News, plataforma británica, en línea, sobre información médica.

“La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres son esenciales para la salud y el bienestar”, expresó, en la declaraciones que News reprodujo, el 26 de mayo, en su sitio en Internet.

“El género, independientemente, y en intersección con otros determinantes de salud, incluyendo nivel socioeconómico, incapacidad, etnicidad, geografía, edad, identidad legal y estatus migratorio, orientación sexual, e identidad de género, puede tener influencia sobre el acceso y la cobertura de intervenciones esenciales en materia de salud”, explicó Damji.

“Las relaciones de género son relaciones sociales”, de modo que “pueden determinar jerarquías entre grupos, sobre la base de normas, y pueden contribuir a relaciones desiguales de poder”, precisó.

“Pueden operar en muchas dimensiones de la vida, y determinar si las necesidades de la gente son reconocidas, si (las personas) tienen voz o control sobre sus vidas y su salud, y si pueden ejercer sus derechos”, agregó.

“Como relación de poder, el género incide en: vulnerabilidad a precaria salud, toma de decisiones domésticas (…) acceso y uso de servicios de salud, el diseño y el uso de productos para la salud, productos de consumo básico, y tecnología”, aseguró.

Asimismo, en “la naturaleza de la fuerza de trabajo sanitaria (…) y cómo se desarrolla y se implementa las políticas y los programas de salud”, continuó enumerando.

“A la inversa, hay numerosos senderos por los cuales mayor igualdad de género y empoderamiento de las mujeres puede conducir a mejorar la salud y la calidad de vida de las mujeres y sus familias”, aclaró.

“Las mujeres más empoderadas probablemente tengan menos hijos, probablemente accedan más a servicios de salud, y tengan más control sobre los recursos de salud, y sean menos propensas a sufrir violencia doméstica”, además de que “sus niños probablemente serán más aptos para sobrevivir, recibir mejor atención en el hogar, y recibir asistencia médica cuando la necesiten”, indicó.

En opinión de Damji, “mejor salud paralas mujeres, puede ayudar a fortalecer su propio empoderamiento”, ya que, tanto las adultas como las menores de edad, “pueden estar en mejores condiciones para participar más activamente en la sociedad, y emprender acción colectiva para impulsar sus propios intereses”.

La experta puntualizó que, entre estos últimos, figuran la exigencia de contar con servicios de salud basados sobre los derechos de la población femenina, y que respondan a necesidades de género.

“Por lo tanto, es necesario que los prejuicios de género existentes, en las estructuras social, cultural, institucional, legal, y económica, sean abordados”, además de que “es crucial que las mujeres y las niñas se involucren en el diseño y la oferta de servicios de salud, y que se empoderen para reclamar su derechos estos servicios”, subrayó.

La asesora de ONU Mujeres especificó que, en ese sentido, un componente clave es la ausencia de subordinación de la población femenina.

Ello tiene directa relación directa con su espacio social, expresó.

“La autonomía corporal de mujeres y niñas, y la toma de decisiones en torno a su salud, son centrales para lograr la igualdad de género”, dijo.

“La capacidad de las mujeres en cuanto a controlar que pasa con sus propios cuerpos, está asociado con los papeles que logren desempeñar en la sociedad, ya sea como integrantes de las familia, la fuerza laboral, o el gobierno”, expresó.

Damji planteó, además, que la salud general de las mujeres y sus derechos reproductivos no pueden compartimentarse.

“Los derechos humanos de las mujeres incluyen su derecho a tener control, y decidir libre y responsablemente, sobre asuntos relacionados con su sexualidad y empoderamiento individual, lo que incluye salud sexual y reproductiva, libre de coerción, discriminación, y violencia”, aseguró.