La pandemia mundial del nuevo coronavirus golpea con particular fuerza a las mujeres migrantes, ya que se suma a factores negativos que, por razón de género, habitualmente soportan, lo que incluye diferentes manifestaciones de violencia y discriminación, denunció la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres).

No obstante el desventajoso contexto en el que se encuentran, por su doble condición -legal y de género-, un número considerable de ellas cumple altamente riesgosas tareas de primera respuesta en el marco de la emergencia sanitaria generada por el virus causante de la Enfermedad Coronavirus 2019 (Coronavirus Disease 2019, Covid-19), señaló ONU Mujeres, en una declaración.

Sin perjuicio de la severidad con la que está afectando a ese sector poblacional, la crisis plantea, a los diferentes gobiernos, la posibilidad de priorizar la igualdad de género como componente clave de sus respectivas políticas en materia migratoria, sugirió, en el texto que emitió para conmemorar el Día Internacional del Migrante.

“Para muchas mujeres migrantes de todo el mundo, las desigualdades de género generalizadas, sumadas al racismo sistemático, la violencia y otras formas de discriminación, hacen que la pandemia haya tenido un efecto devastador en sus medios de vida y su salud”, denunció.

“Muchas de ellas perdieron sus empleos, mientras que otras se enfrentan a un mayor riesgo de infección debido a que la modalidad de trabajo a distancia simplemente no se encuentra entre sus opciones”, explicó.

“Un gran número de mujeres migrantes tienen empleos vulnerables, mal remunerados y sin protección laboral, por lo que están más expuestas a ser víctima de violaciones de los derechos humanos y laborales, incluso de caer en las redes de trata antes de llegar a su destino”, planteó, además.

A manera de ejemplo, indicó que, “a raíz de que tan sólo un 22 % de las trabajadoras migrantes del mundo cuentan con protección social, las redes de seguridad financiera que algunos países establecen para mitigar la pérdida de ingresos a menudo no están disponibles para las mujeres migrantes y sus familias”.

Asimismo, informó que, “todos los años, unas 100 millones de mujeres migrantes envían remesas a sus países”, y precisó que, “si bien persiste la brecha salarial de género, tienden a enviar una mayor parte de sus salarios que los hombres, además de hacerlo con más regularidad”.

“Estas contribuciones ayudan a sostener las economías de muchos países y representan un sustento para las familias y las comunidades, algo que es especialmente importante durante las épocas de crisis”, señaló.

Por ello, “ante la pérdida de más de 495 millones de empleos desde el inicio de la pandemia -muchos de ellos en el sector de los servicios, que da empleo a un 74 % de las mujeres migrantes-, las familias que dependen de estas remesas están atravesando una situación de mayor vulnerabilidad”, detalló.

Por otra parte, “con las fronteras cerradas y las restricciones de viaje vigentes, muchas mujeres migrantes no han podido abandonar los países donde trabajan, a la par que los índices de violencia sexual y de género han aumentado, y la vulnerabilidad económica y su desesperación las pone en mayor riesgo de ser víctimas de la trata”, advirtió.

Al marcar el Día Internacional del Migrante -que, desde 2000, se conmemora, anualmente, el 18 de diciembre-, ONU Mujeres expresó que “reconoce y celebra las enormes contribuciones realizadas por las mujeres migrantes de todo el mundo, muchas de las cuales están trabajando en la primera línea de la crisis de la COVID-19”.

Realizan esta labor, “como profesionales capacitadas en el ámbito de la atención sanitaria, personal de limpieza, proveedoras de comida a domicilio y trabajadoras agrícolas”, precisó la agencia especializada de Naciones Unidas.

Pero “los países tienen una nueva oportunidad de convertir a los derechos humanos y la igualdad de género en elementos centrales de sus programas y políticas de migración”, aseguró, para indicar que es necesario “cubrir las necesidades específicas de las mujeres migrantes, tanto durante la recuperación de la pandemia de la COVID-19 como en el futuro”.

La posibilidad radica en el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, “que abarca todas las dimensiones de la migración internacional de manera holística e integral”, indicó.

Se trata del acuerdo intergubernamental promovido por Naciones Unidas, y firmado por 164 países en el marco de la conferencia mundial llevada a cabo los días 10 y 11 de diciembre en Marrakesh, ciudad ubicada en el sector central de Marruecos, nación del noroeste africano.

Entre los 23 objetivos que contiene, el pacto apunta, como meta central, a proteger a los migrantes, en general, procurando que reciban trato digno, durante su desplazamiento, y en los países receptores, lo que incluye que sus derechos sean respetados.

También procura mitigar la falta de oportunidades, y otras situaciones nacionales -por ejemplo, violencia delictiva, violaciones a los derechos humanos-, que obligan, a millones de personas, anualmente, a nivel global, a salir de sus países de origen.

Al respecto, en un material explicativo, en su sitio en Internet, ONU Mujeres detalla aspectos centrales de los desplazamientos masivos de personas, en particular en lo que tiene que ver con el componente femenino.

“Las mujeres emigran por diversas razones: desde dejar atrás pobreza, conflicto, desastres relacionados con el clima hasta escapar de desigualdades de género firmemente enraizadas, incluidas violencia sexual y por razón de género y falta de acceso a medios de vida y recursos”, explica, en el texto de mediana extensión fechado en 2020 y titulado “Cómo la migración es un tema de igualdad de género”.

“Al constituir aproximadamente la mitad de los (…) migrantes del mundo, las mujeres migrantes son agentes de cambio y líderes quienes aportan, a sus países de origen, tránsito y destino, económicamente y socialmente de múltiples maneras”, agrega.

También destaca el papel que están desempeñando en diversos frentes de combate al virus.

“Como médicas, enfermeras, científicas, investigadoras, empresarios, trabajadoras esenciales y más, son la columna vertebral de la respuesta a la COVID-19”, plantea, asimismo, ONU Mujeres.

“No obstante sus valiosos aportes, las migrantes enfrentan generalizadas formas, que se entrecruzan, de discriminación, que impactan su bienestar y seguridad en tosa las etapas de su desplazamiento”, explica, además de reafirmar que “la migración es un proceso de género, e impacta, de manera diferente, a mujeres y a hombres”.

Pero “ni un enfoque basado sobre género, ni las experiencias específicas referidas a mujeres migrantes son, usualmente, capturados en la legislación ni en las políticas sobre migración”, señala.