El desempleo de las mujeres se disparó, el año pasado, en Costa Rica, tal como ocurrió con los niveles de subempleo y de trabajo informal, de acuerdo con los más recientes datos oficiales.

El rubro “tasa de desempleo abierto” llego, al final de 2019, a 12.4 por ciento –manteniendo la tendencia alcista que presenta desde 2017, según las cifras dadas a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Inec).

El desglose de esa cifra muestra que la proporción de mujeres sin trabajo se ubicó en 16.7 por ciento, frente al 9.6 por ciento de hombres.

Esa proporción significa que 21 mil mujeres se sumaron al sector poblacional desempleado en el país centroamericano.

Al comparar los datos correspondientes a los dos años inmediatamente anteriores, el Inec señaló que la tasa general de desempleo pasó de 9.1 por ciento en 2017, a 10.3 por ciento en 2018, y que, en el caso de las mujeres, se trata de los niveles de mayor incremento –ya que subieron, respectivamente, a 11.6 y a 13.2 por ciento-.

En el caso del subempleo, el nuevo cálculo ubico la tasa general nacional en 11 de cada 100 personas ocupadas, contexto en el cual la proporción de mujeres se ubicó en 14.5 por ciento, frente al 8.9 por ciento de hombres.

Y la informalidad laboral fue estimada en 46.5 por ciento, a nivel nacional, lo que se traduce en algo más de un millón de personas, de las cuales 405 mil son mujeres y 610 mil son hombres.

En opinión de la ministra de Trabajo, Geannina Dinarte, una serie de factores inciden en el contexto general presentado por el Inec, un cuadro de situación que, según señaló, no responde al hecho de que hay generación de empleo.

“Podemos decir que tenemos un crecimiento en los puestos de trabajo, pero que ese crecimiento de los empleos no tiene un correlato con la cantidad de gente que está saliendo a buscar un empleo”, indicó, en declaraciones al Canal 7.

Pero, “qué estamos experimentando con la población de mujeres?”, preguntó.

“Número uno, tenemos cerca de un 50 por ciento de esas mujeres que están buscando empleo que son jefas de hogar”, comenzó a responder.

“Eso quiere decir que, probablemente, sus condiciones familiares han cambiado, o tienen –al tener obligaciones familiares con hijos u otras personas que dependen de su cuido- que salir a la fuerza de trabajo”, y “lo estamos viendo”, siguió planteando.

“No quiere decir que no se estén generando empleos sino quiere decir que la presión, al mercado de trabajo, es cada vez mayor”, aclaró, para agregar que “la tasa de presión es la más alta de la historia que tenemos (…) y esa presión, al mercado de trabajo, se está dando, fundamentalmente, en mujeres”.

La situación es multifactorial, y responde, por una parte, a falta de acceso a oportunidades, y, por otra, a los papeles sociales que las mujeres, históricamente, se ven obligadas a desempeñar, de acuerdo con lo indicado por la jerarca gubernamental.

“El agravante de que no necesariamente tienen experiencia, o tienen experiencia en algunas áreas que, por ejemplo, esas actividades económicas han venido desacelerándose, ya empiezan a experimentar mejoría, pero, sí, perdimos puestos de trabajo en algunas áreas”, explicó.

“La otra es que no tienen la formación técnica que están demandando esos puestos de trabajo, no necesariamente manejan un segundo idioma, y, al tener obligaciones familiares, el reto del cuido se nos incrementa, porque, esas mujeres, para salir al mercado de trabajo, además, necesitan conciliar esa responsabilidad de cuido que, históricamente, ha estado más focalizada en las mujeres”, precisó.

En ese sentido, la empresaria costarricense Noelia de León –una de las fundadoras y actual presidenta del Foro de Mujeres Empresarias-, subrayó, en diálogo con Petra, la complejidad de la realidad laboral de las mujeres, algo que no se resuelve, solamente, con la creación de empleos sino que implica educación y capacitación.

De León se refirió a los componentes patriarcales del papel que las mujeres vienen históricamente cumpliendo en la sociedad, y sus nocivas consecuencias en el desarrollo de ese sector poblacional.

“Hay varios factores (…) uno de ellos tiene que ver, definitivamente, con el cuido de los pequeños”, ya que “muchas mujeres en edad de trabajar, tienen hijos pequeños, pero no tienen quién se los cuide”, a lo que se suma el hecho de que la legislación vigente en materia de cuido, no se utiliza, planteó, a manera de ejemplo.

“Hace falta un análisis”, aunque “no se necesita mucho, para entender las diferentes realidades de las mujeres”, aseguró.

Se trata de “montón de factores” cuyo el encadenamiento resulta, en general, perjudicial para las mujeres, porque, si se une “10 factores, la mujer va a llevar, siempre, la de perder”.

Por ejemplo, “tenemos una cantidad, enorme, de hogares, que la cabeza del hogar es la mujer”, lo que “no significa que no hay un hombre, ahí, que no hay un marido, sí, pero es ella la que lleva la carga de la salud, de la educación, del cuido, de la escuela”, indicó.

A ello se suman componentes tales como violencia de género y crónica falta de acceso a oportunidades, planteó De León.

“Si la mujer está rota por dentro, por más oportunidad que le presentés, va a ser un camino cuesta arriba”, porque “no va a ser eficiente, no se va a mejorar, no va a aprender, no se va a desarrollar, y está cumpliendo un empleo, por cumplirlo, porque algo de plata le va a dar, pero estamos hablando del desarrollo, también, de cada persona, de este sector, enorme, de mujeres que están, mucho, buscando oportunidad, y no tienen herramientas, no tienen conocimiento”, expresó.

Entre otras características, señaló que “es un problema de educación, muy severo”, lo que se evidencia “cuando llegan a la realidad, a buscar un empleo: cuáles son las herramientas con las que cuenta esta persona?”, lo que indica que la solución “no es solamente generar empleo”.

“Es un problema tan complejo, que ya lo conocemos todos -y todas-, pero el tema es: cuál es la alternativa –o las alternativas- para irlas construyendo, desde ya?”, y “no es una respuesta lineal” sino “una respuesta (…) multisectorial”, reflexionó.

En ese sentido, De León señaló que existe una iniciativa mixta –de los sectores público y privado-, de la que forma parte, que apunta a generar empleo para mujeres.

Se trata de “un programa de igualdad de género, pero que incluya programas y aspectos para mejorar la integración, de la mujer, a la economía, que pasa por capacitación, formación”, un programa que “se está generando, y hay un grupo que está trabajando en esto”.

“Lo que se quiere es dejar establecida una política de desarrollo y fortalecimiento de capacidades y habilidades, oportunidades, que las mismas mujeres también vayan creando sus oportunidades, tanto de empleo como emprendimiento”, porque el abordaje de la pobreza y del desempleo, por su alta complejidad, no depende de un gobierno, aseguró.

El combate al desempleo requiere una deliberación nacional, en cuyo marco se proponga alternativas y modelos viables, planteó.

De León puntualizó que, en Costa Rica, “el desempleo es mayoría de mujeres”, quienes, “por cuidar, no se forman, por cuidar no tienen oportunidades de trabajo (…) se criaron sin habilidades, sin haber desarrollado herramientas, sin haber aprendido nada”.