El ayuno intermitente consiste en alternar periodos de ayuno con periodos de ingestión de alimentos
Existen distintos tipos de ayuno intermitente, siendo los más conocidos el ayuno 16/8, ayuno 24 horas y ayuno 48, aunque también existen otros como el 12/12.
El ayuno 16/8 consiste en realizar periodos de ayuno de 16 horas, seguido de periodos de alimentación durante 8 horas. Es decir, si por ejemplo realizamos la primera comida a las 2:00 pm, realizaríamos la ingesta de todas nuestras kilocalorías entre las 2:00 pm y las 10:00pm, durante 8 horas, realizando dos comidas únicas durante el día, y al día siguiente volveríamos a comer tras 4 pm desde la última comida, es decir, a las 2:00pm de nuevo.
Por otra parte, el ayuno de 24 horas y el ayuno de 48 horas se basan en periodos de ayuno de 24 horas y 48 horas respectivamente. Alguno puede pensar que haciendo esto vamos a tener problemas de hipoglucemia, falta de energía o algo por el estilo, y nada más lejos de la realidad, nuestro cuerpo puede adaptarse perfectamente a esto.
Y finalmente el ayuno 12/12 sería lo equivalente a realizar un desayuno y una cena, distanciados entre ellos 12 horas. Por ejemplo desayunar a las 8:00 am y cenar a las 8:00pm. Son distintas estrategias, todas ellas válidas.
El ayuno intermitente tiene múltiples beneficios para nuestro organismo, entre ellos podemos encontrar algunos como los siguientes:
* Ayuda a reducir la mortalidad y retrasa el envejecimiento, tanto a nivel físico como a nivel de nuestro organismo.
* Reduce los indicadores de inflamación.
* Ayudan a mejorar nuestro perfil lipídico, es decir, nuestro colesterol, además de reducir los triglicéridos.
* Tienen efectos positivos sobre nuestra plasticidad neuronal.
* Incluso ayudan a limitar el crecimiento de células cancerígenas.
* En lo que a la composición corporal se refiere, ayudan a retener masa magra mientras perdemos grasa.
* También ayudan a mejorar la sensibilidad a la insulina y mejoran el uso de la glucosa como sustrato energético.
* Mejora la capacidad de autocontrol: en muchas ocasiones pensamos que tenemos hambre, pero no es un hambre real, es hambre más bien falso, así que si somos capaces de «vencerlo», mejoraremos nuestra capacidad de autocontrol.
Contacto: Dr. Miguel Torres Batista, (506) 8404–6772
Foto: Helena Lopes