Encajes, nylon o licra pueden ocasionar humedad en el área genital, lo que aumenta el riesgo del paso de bacterias.
El área vaginal es de las más delicadas de nuestro cuerpo, pocas veces le prestamos la atención necesaria, salvo quienes la depilan con regularidad, sin embargo es una de las más propensas a infecciones que nos arruinan el día.
De acuerdo con el doctor Esteban Coto, gerente médico de Roche Centroamérica y Caribe y especialista en medicina interna, las infecciones vaginales o “vaginitis” son un proceso inflamatoriocausado por microorganismos externos. Entre los agentes causantes más comunes destacan:
- Tricomoniasis: parásito unicelular, comúnmente de transmisión sexual.
- Hongos.
- Bacterias.
- Por extensión local de una infección del cuello del útero por gonorrea o clamidia.
También algunas vaginitis inflamatorias se dan por causas no infecciosas como alergia a detergentes o productos de higiene vaginal; tampones atascados accidentalmente o problemas congénitos.
La doctora Catalina Heno, médico general de EBAIS UNIBE manifestó que otras causas son una inadecuada higiene, uso de jabones con pH elevado, uso de ropa elaborada con material sintético o prendas muy ajustadas.
Los seis tipos más comunes de vaginitis son:
- Infección por «hongos vaginales» (casi siempre cándida albicans).
- Trichomona vaginales (tricomoniasis).
- Vaginitis viral: por herpes o virus del papiloma humano.
- Vaginitis bacteriana.
- Vaginitis por clamidia.
- Vaginitis gonocóccica.Vaginitis no infecciosa o inflamatoria.
“Los síntomas más frecuentes son prurito vaginal, aumento del flujo vaginal de características distintas (hay cambios en el color, el olor e incluso la contextura), enrojecimiento de los genitales, dolor al momento de tener relaciones sexuales y en algunas ocasiones puede presentarse dolor al orinar (cuando la infección avanza hacia la uretra vaginal)”, expresó la doctora Heno.
Coto añadió que algunas mujeres pueden no presentar síntomas, por lo que es importante acudir al médico para que le realice un examen ginecológico y tomen muestra del líquido vaginal con el fin de conocer si existe una infección.
Tratamiento y cuidados
Una vez diagnosticada la infección, el tratamiento dependerá de la bacteria que lo causó: “si son «hongos vaginales» o cándida se usan agentes antimicóticos (anti-hongos) específicos como óvulos, tabletas, cremas y supositorios vaginales. La Tricomoniasis incluye antibióticos tanto para la mujer como su pareja, la vaginitis viral necesita agentes antivirales como el Aciclovir reducen la duración y severidad de los síntomas y disminuyen el potencial de contagio. Sin embargo, ningún tratamiento antiviral elimina por completo la posibilidad de recurrencias”, indicó el doctor Coto.
Ojo, Catalina Heno destacó que la paciente nunca se debe automedicar con óvulos vaginales, antibióticos o antifúngicos orales de venta libre en las farmacias.
Asimismo, continuó Heno, la paciente deber tener varios cuidados durante el tratamiento, por ejemplo utilizar jabones íntimos o con pH balanceado para el área vaginal, eliminar de su rutina las duchas vaginales, evitar el rasurado con cuchillas ya utilizadas y cambiar por lo menos cuatro veces al día el protector o toalla vaginal de uso diario.
Esteban Coto explicó que mientras haya síntomas y hasta completar el tratamiento, se deben evitar las relaciones sexuales, o al menos debe utilizarse preservativo para evitar el contagio de la pareja y la posibilidad de reinfección, es importante saber con el preservativo no es 100% seguro y que un pequeño porcentaje de contagios podría suceder aún con este, principalmente de agentes virales.
Prevención
Ambos especialistas brindan los siguientes consejos para evitar una infección:
- Mantener el área de la vagina limpia y seca.
- No utilizar duchas vaginales, jabones perfumados, desodorantes o talcos.
- Evitar el uso de ropa ajustada por periodos prolongados o que esté húmeda.
- Preferiblemente, usar ropa interior de algodón.
- Usar preservativos de látex a la hora de tener relaciones sexuales.
- Educar a la población en educación sexual para prevenir la promiscuidad
- Tener un control óptimo de enfermedades crónicas que puedan disminuir las defensas del organismo, especialmente un control estricto de la diabetes mellitus
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