El Equipo Nacional Femenino de Estados Unidos (U.S. National Women’s Team, Usnwt) y la Federación Estadounidense de Fútbol (United States Soccer Federation, U.S. Soccer) llegaron a un acuerdo en el litigio impulsado por las deportistas, sobre igualdad de pago respecto al equipo masculino.
La escuadra cuatro veces campeona mundial -1991 (China), 1999 (Canadá), 2015 (Estados Unidos), 2019 (Francia)- anotó, así, fuera de la cancha, una histórica victoria que marca un hito en materia de lucha por la igualdad de género, en el deporte y más allá de este campo laboral, con posible repercusión internacional.
Seis años de tenaz lucha -con innumerables altibajos- tuvieron su momento culminante en el acuerdo logrado el 22 de febrero.
Lo convenido prevé, para las 28 integrantes del equipo, el pago, de 24 millones de dólares, por concepto de adeudos retroactivos, de acuerdo con lo establecido en el documento.
Las demandantes, apoyaron su reclamo en la estadounidense Ley de Igualdad de Pago (Equal Pay Act).
De acuerdo con lo indicado, en su sitio en Internet, por la Comisión Estadounidense de Igualdad de Oportunidad Laboral (U.S. Equal Employment Opportunity Commission, Eeoc), “la Ley de Igualdad de Pago requiere que hombres y mujeres en el mismo lugar de trabajo reciban igual pago por igual trabajo”.
“Los trabajos no necesitan ser idénticos, pero deben ser sustancialmente iguales”, agrega la Eeoc.
“El contenido de los trabajos -no los títulos de los trabajos- determina si los trabajos son sustancialmente iguales”
No obstante ello, según cifras difundidas por medios de comunicación internacionales, desde 20154 -cuando comenzó el litigio- hasta 2019, el conjunto femenino jugó 111 partidos, lo que incluyó ganar dos campeonatos mundiales, mientras que sus colegas masculinos participaron en 87 juegos, además de haber fracasado en su intento por participar en el torneo mundial de 2018, en Rusia.
Sin perjuicio del número evidente mayor de partidos y el mejor desempeño en torneos mundiales, las estadounidenses recibieron compensación por 24.4 millones de dólares, mientras sus menos eficientes contrapartes obtuvieron la cercana cifra de 18.5 millones de dólares.
Ambas partes informaron, en un comunicado conjunto emitido ese día, que “U. S. Soccer se ha comprometido a ofrecer la misma remuneración a las selecciones nacionales femeninas y masculinas en todos los amistosos y torneos, incluido el Mundial”.
“Llegar a este día, no ha sido fácil”, admitieron.
“Las jugadoras del Equipo Nacional Femenino de Estados Unidos han alcanzado un triunfo sin precedentes mientras trabajaban por la igualdad de salario para ellas y futuras atletas”, señalaron.
“Hoy, reconocemos el legado de las pasadas líderes del equipo que ayudaron a hacer posible este día, además de a las mujeres y niñas que las seguirán”, expresaron, para agregar que “juntos, les dedicamos este momento”.
Las partes aclararon, asimismo, que las futbolistas deben ratificar el nuevo Convenio de Negociación Colectiva, tras lo cual, un tribunal judicial dará aprobación definitiva al acuerdo, y explicaron que ello “resolverá, completamente, el litigio”.
Por su parte, la Asociación de Jugadoras del Equipo Nacional Femenino de Estados Unidos (U.S. Women’s National Team Players Association, Uswntpa), emitió un comunicado de reconocimiento a la lucha igualitaria llevada a cabo por las deportistas.
“La Uswntpa felicita a las jugadoras y a su equipo de abogados por su éxito histórico en la lucha contra décadas de discriminación perpetuada por la Federación de Futbol de Estados Unidos”, indicó la organización sindical.
“Aunque el acuerdo alcanzado hoy es un éxito increíble, queda mucho trabajo por hacer”, advirtió, a continuación.
Megan Rapinoe, una de las tres capitanas del conjunto, y principal impulsora del litigio, escribió, en la red social Twitter, una vez conocida la información, que “cuando nosotras ganamos, todo el mundo gana!”.
En declaraciones a diferentes medios de comunicación, expresó, además, que “pensé que llegaríamos a este punto, al cien por ciento, pensé, todo el tiempo, que ganaríamos esto”.
“Esta es una victoria para nosotras, y esta es una victoria para las jugadoras de la próxima generación, para las jugadoras alrededor del mundo”, agregó, en alusión al impacto general del triunfo logrado por la selección.
Por su parte, Alex Morgan, otra de las principales promotoras de la exitosa e inclaudicable lucha legal, dijo, a medios, que “este es un monumental paso adelante, para sentirnos valoradas y respetadas, y para reparar nuestra relación con U.S. Soccer”.
“No sólo lo veo como un triunfo para nuestro equipo, o para el deporte femenino, sino para todas las mujeres en general”, reflexionó.
En ese sentido, Rapinoe -un icóno deportyivo, polóitico, y de la comundad sexualmente diversa en Estados Unidos- asguró que, “para nuestra generación, saber que vamos a dejar este deporte exponencialmente en un mejor lugar respecto al que lo encontramos, lo es todo.