Se podría creer que es muy arriesgado, que no sería divertido o que simplemente no es una opción para una mujer, ¡pero no es cierto! ésta puede ser una aventura que nunca olvidarás.
El término mochilero se acuñó al caminante que viajaba con su mochila a cuestas y con bajo presupuesto, sin embargo, hoy en día sabemos que es más que eso.
En la web existen muchas definiciones para el término, pero varias coinciden en el hecho de que “mochiliar” es una actitud y una filosofía que tiene como objetivo llegar a un destino, aprovechando las experiencias durante su desplazamiento.
Maureen Obando de 28 años ha salido en varias ocasiones dentro del país a vivir la práctica del viaje a solas y nos cuenta lo que le ocurrió en un hotel de Manuel Antonio “me fui a desayunar al restaurante del hotel, como es común me sirven el café a mí y sirven otra taza en la mesa, yo me asombré porque en realidad no esperaba a nadie, cuando el mesero comprendió que me encontraba sola, él no sabía qué hacer de la congoja”.
Ser mochilera puede considerarse un estilo de vida en donde el principal objetivo es alimentarse de la experiencia del viaje, claro está, que esta experiencia puede variar de personas a persona, pero con la guía adecuada tendrás historias divertidas y otras no tanto, para contarles a tus familiares y amigos.
Entre los desafíos a los que se puede enfrentar son los de principios básicos de supervivencia como por ejemplo: dónde alimentase, dónde dormir, aprender a acampar, cargar la mochila, aprender a hacerse independiente en el camino, velar por la seguridad y disfrutar de la mejor compañía: tú misma.
El psicólogo Jose Andrés Fuentes señala entre los beneficios que puede traer realizar este tipo de actividad va desde “romper el estereotipo de que una mujer «siempre necesita» que otra persona la proteja y defienda, un viaje a solas puede disparar el mayor grado de supervivencia de un ser humano y más aún en una mujer que lastimosamente a nivel de cultural siempre la posicionan como una persona que por lo general va a ocupar de otra para salir adelante”
Son más los aspectos positivos que los contras. Uno de ellos y el principal es el sentimiento de libertad que experimentas, aprenderás más de sí mismo y el entorno y de vuelta a casa apreciaras más a las personas y cosas con las que convives a diario.
Ten por seguro que mientras estés dando vueltas por ahí no estarás sola por mucho tiempo, pues tendrás la suerte de coincidir con otros viajeros con una mentalidad parecida a la tuya.
Personas que han decidido irse de viaje por las mismas razones que usted. Y en los lugares menos esperados como el hostal, el transporte público o en cualquier tipo de actividad terminarás conociendo gente con la que compartirás una cerveza, una cena, unos días en una ciudad o incluso con la que terminaras el viaje.
Fuentes recomienda siempre tener malicia a la hora de conocer personas y tomar en cuenta que los choques culturales siempre van a estar y son parte de la experiencia, pero también resalta lo importante que es “tratar de resolver los fantasmas o conflictos no resueltos y no creer que con viajar se van a resolver, ya que eso sería como llevar los problemas en el equipaje y le restaría energía y disfrute”.
Anímese de vivir esta experiencia, y ¡váyase a mochiliar sola!
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